"La fábula de las Abejas o los vicios privados que hacen la prosperidad pública"
Luís
González-Carvajal, en "Ideas y Creencias del Hombre Actual" nos
cuenta algo interesante para reflexionar.
El contrasentido de que una suma de
infinitos egoísmos conduzca hacia el bien común fue expresado por primera vez
en 1714, en la célebre obra de Bernard Mandeville "La fábula de las
abejas" que dice así:
"Había una
colmena que se parecía a una sociedad humana bien ordenada. No faltaban los
estafadores, ni los malos médicos, ni los malos sacerdotes, ni los malos
soldados, ni los malos ministros. Por descontado, tenía una mala reina. Todos
los días se cometían fraudes en esta colmena; y la justicia, llamada a reprimir
la corrupción, era ella misma corruptible.
En suma, cada
profesión y cada estamento estaban llenos de vicios. Pero la nación no era por
ello menos próspera y fuerte. En efecto, los vicios de los particulares
contribuían a la felicidad pública; y, de rechazo, la felicidad pública causaba
el bienestar de los particulares.
Pero se produjo
un cambio en el espíritu de las abejas, que tuvieron la singular idea de no
querer ya nada más que honradez y virtud. El amor exclusivo al bien se apoderó
de los corazones, de cuyo cambio surgió muy pronto la ruina de la colmena. Como
se eliminaron los excesos, desaparecieron las enfermedades y no se necesitaron
más médicos.
Como se acabaron
las peleas, no hubo más denuncias ni procesos y, de esta forma no se
necesitaron ya abogados, ni fiscales, ni jueces. Las abejas, que se volvieron
económicas y moderadas, gastaron sólo lo necesario: no más lujos, no más
comercio, no más que lo estrictamente necesario. La desolación, en definitiva,
fue general. La conclusión que sigue a la narración parece no admitir duda:
"Dejen,
pues, de quejarse todo el tiempo: sólo los tontos se esfuerzan por hacer de un
gran panal un panal honrado. Fraude, lujo, sexo, dinero y orgullo deben vivir,
si queremos gozar de sus dulces beneficios"
Así las cosas,
la idea de "Progreso" no se contenta con afirmar que la humanidad ha
avanzado gradualmente durante el pasado, sino que sostiene también que seguirá
avanzando indefinidamente en el futuro y además de forma necesaria.
Lo dicho no
garantiza que el progreso será logrado de manera eficaz y saludable.
Naturalmente, cualquiera puede decir que, siendo los hombres libres para elegir
el bien o el mal, podría ocurrir que el futuro no nos depara, precisamente un
paraíso, sino un infierno.
Y en virtud de
esa misma libertad que todo ser humano posee, luego de leer esta fábula,
también puede afirmar equivocadamente que, los hombres egoístas acaben
promoviendo fines altruistas sin querer, es decir, puede fácilmente concordar
con la conclusión expuesta precedentemente.
Y usted, ¿querría expresar su opinión sobre la "fábula de las
abejas"? Le aseguro que su análisis será de gran provecho para todos.
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