miércoles, 8 de septiembre de 2010

¡PUJANTE EROTISMO!

Nuestra realidad hoy

No existe pornografía sino a los ojos del puritano. ¡Gran descubrimiento! Estamos ante un fenómeno que pretende eliminar el sentimiento del pudor - afirma Augusto del Noce.
Los defensores de la libertad sexual alientan la idea que la realización de la felicidad sexual debería llevar a la desaparición de la "moral represiva" y la total abolición de todos los límites para la revolución sexual.
No se trata de instalar un movimiento antierótico en una sociedad de consumo, habida cuenta que pretender prohibir, en nombre de la moral, un objeto de elevado consumo corriente, como es el sexo y la pornografía (a través de espectáculos teatrales, publicaciones, revistas, incluido espacios noticieros) sería un puritanismo ingenuo.
Pero ¿es lícito, por medio de la pornografía corromper, estimular, agudizar hasta la obsesión el erotismo latente en los menores, poniendo así obstáculos a la maduración psíquica y al desarrollo de la responsabilidad interior? - angustiosamente nos pregunta A. del Noce.
Hay pornógrafos que consideran al "amor libre" como el libre desahogo, entre personas que se han puesto de acuerdo para el acto perril. Otros llegan a sostener la "licitud" del pecado solitario, para evitar el insomnio o el desgaste nervioso.
Tampoco faltan los aprendices de sociólogos, frutos de la nueva moral, quienes arrojan a la opinión pública los resultados de sus encuestas y sus datos estadísticos. En estas encuestas la moralidad viene "cuantificada, medida en centímetros y tantos por cientos"
Cualquiera sabe que interpretar correctamente una estadística es difícil, pues no pocas vienen ya prefabricadas o manipuladas con resultados ya predeterminados. No hace falta aclarar que muchos sondeos estarán de acuerdo con sus cifras si tales, se realizan en el reino de individuos inmorales, inclinados a la exhibición y a las acciones sodomítica-gorrominas que jubilosamente existen en nuestro país. (Estaciones de servicios, clubes nocturnos, discotecas o incluso, la vía pública).
Los hombres posmodernos se sienten más libres que los de cualquier otra época pasada porque las autoridades tradicionales (políticas, religiosas y familiares) han perdido en buena parte su capacidad de coacción, refiere Del Noce.
Entonces, el hombre actual es manejado por otras "autoridades anónimas" que influyen en la vida de todos. La prensa, la radio, la televisión, Internet van sustituyendo los criterios personales por las modas, corrientes de opinión, costumbres y modos de vivir, que unos y otros repiten convirtiendo las comunidades humanas en rebaños de idiotas.
Si tanto se condena la situación errante de nuestro país, tomemos conciencia de que la educación es un proceso único que presenta tres diferentes aspectos: el intelectual, el social y el moral. La tan mentada educación sexual en escuelas y colegios, no se puede plantear prescindiendo de los aspectos morales y religiosos como se hace hoy.
Los hombres tenemos un destino sobrenatural y debemos mirar con espanto la progresiva desacralización de la vida. No hace demasiado tiempo, en Dinamarca se suprimieron todas las normas contra la pornografía y este acontecimiento fue celebrado en una gran feria comercial de material pornográfico. Lamentable, porque redunda en desprecio del Hombre.
¿Por qué "copiamos" con excelencia las cosas malas del primer mundo y no las buenas? Recordemos a Lenin a quien se atribuye esta dolorosa verdad:
La primera escuela donde ha de practicarse la verdadera reforma educativa es en la familia. Es aquí donde debemos aprender que ser biológicamente capaces de reproducirse, no significa tener madurez sexual y que la mujer, no debe ser un simple objeto de disfrute sexual a usarse de manera "técnicamente perfecta". ¡Podemos.... si queremos!

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