La experiencia nos enseña que la vida matrimonial no es como pensábamos durante el noviazgo. A propósito, ¿qué significa hoy noviazgo?... El estado matrimonial, hoy, trae consigo una serie de desafíos que ponen a prueba al amor mutuo.
Desafíos son las desilusiones que experimentan los cónyuges en la diaria convivencia. La carga también puede provenir de los hijos o los celos que surgen entre los esposos ....
Para que el “Sí quiero…hasta que la muerte nos separe”, no sea el cementerio del amor, los esposos debemos adiestrarnos en la caridad mutua, es decir, que la vida en matrimonio sea una escuela de amor maduro, sereno y abnegado. Fácil es decir, pero…vivir, no es fácil.
El matrimonio -hoy más que nunca- nos enfrenta a nuevas exigencias. Por ello, con razón se aconseja que todos los problemas a enfrentar, sean tierra fértil para el crecimiento del amor conyugal: ¡jaikua á upea! Fácil es decir…pero…
Tienen razón quienes afirman que el matrimonio es la tumba del amor, cuando tal “amor”, se funda y complace sólo en satisfacer el deseo físico, despreciando la comunión entre personas y almas, afirman los expertos.
El matrimonio sí, es sepulcro del amor cuando se degrada a niveles de “coito perril”, y la pareja no está dispuesta a tolerar los problemas propios de una unión conyugal. Así las cosas, ¿vale la pena casarse sólo para apagar el deseo sexual?
No se trata de vivir un puritanismo etéreo, sino que, el amor de Dios sea el motivo central en la vida nupcial y en la educación de los hijos. Porque vivir en pareja es, titánico desafío.
Apunta el psicólogo Sergio Sinay: “Vivimos en una sociedad de hijos huérfanos con padres vivos (...) Padres que perciben su función como una carga y sienten que los hijos los apartan de sus intereses y urgencias personales.
Entonces se desentienden de los hijos, descargan la responsabilidad de la crianza en otros: escuela, clubes, boliches, cyber cafés, televisión, Internet y todo tipo de adultos (entre ellos los narcotraficantes) que usan a los chicos.
Los hijos de esta sociedad están funcionalmente huérfanos. Quienes deben asumir las funciones de papá y mamá, en su gran mayoría no lo hacen. Los resultados son trágicos y están a la vista”.
Sabido es que los padres deben educar a sus hijos. Educar es transmitir valores con actos. Es ayudar a construir proyectos de vida…para dejar el mundo un poco mejor de cómo está hoy. Educar es mutar conducta. Los esposos son los más importantes educadores.
Tomás Melendo Granados, director de estudios sobre la
familia, calificó el vínculo marital como gran maravilla. Lo que vale la pena,
es construir un mundo mejor, comenzando en cada
matrimonio, “obsesionándose por
hacer feliz al otro”.
“Gobernar no es solo mandar. También es infundir fe y confianza”.... “El matrimonio debe ser un dúo: cuando uno de los dos canta, el otro aplaude”. "Lo que Dios ha unido, no lo separe el hombre"
¡Cuánto debo aprender todavía…a pesar de más de 4 décadas de va matrimonial!
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