Nde…vos que sos santulario-tupao raso loo…te pregunto: ¿Qué pasó del cristianismo? Hace 20 siglos que Jesucristo vino a la tierra y dio su vida para salvarnos. Y el hombre, a pesar de jactarse de sus faraónicos adelantos, nada mejoró como bautizado cristiano.
Injusticia, violencia, inmoralidad, siguen. A los 7 pecados capitales sumamos: "se paga bajos sueldos, se abandona a los mayores, se condena fácilmente a los demás, se tolera la violencia, se pecar por omisión... y sigue larga la lista de conocidos sacrilegios".
Entonces, ¿fracasó el cristianismo? ¡No! Fracasan los cristianos, no los valores y principios, pues quienes deberíamos optar por la verdad, abrazamos y veneramos todo tipo de vicios, al punto de “levantar la mano contra el rostro de Cristo”.
Los cristianos, en general ni creen ni practican lo que Jesús enseñó y vivió: “Amar a Dios y al prójimo” ¡Qué paradoja!…nos encanta la moral cristiana, pero negamos a Jesucristo en nuestra vida. Luego, el cristiano necesita formarse, no solo informarse.
¿Qué supone que todo cristiano necesita formarse? Significa que quien dice tener fe, debe optar por la verdad. Lo que Cristo nos enseñó, no son delirios, son casos reales.
El cristianismo no es, como dicen, un montón de ceremonias o dogmas. Es conocer a Jesucristo, Hijo de Dios. Es íntima unión entre quien da la vida y el hombre pecador. Cristianismo es vivir diariamente esta relación con Jesucristo.
Jesús dijo: “Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz, y me siga” (Mt. 16:24). Ustedes no son del mundo, como tampoco soy Yo. (Jn. 17:16)
Un modo de vigorizar la fe es, formar la conciencia moral cristiana, para creer. Quien dice seguir a Jesús, debe “ponerse en su lugar”. Alberto Hurtado se preguntaba: ¿Qué haría Cristo en mi lugar? ¡Creyó que al conocer a Dios, lograba sólida formación!
Atribuyen a Juan Bosco enseñar: “para amar a Dios, es vital recibir al Espíritu Santo”, quien conduce al creyente a la plena comprensión de Jesús. Él nos enseña a unirnos a Dios Uno y Trino, para ser “sal de la tierra y luz del mundo”. (Mt 5-16)
La catequesis dice que el Espíritu Santo es Maestro de la oración balbuceante, simple y contemplativa, cargada de fuego y amor, que nos anima a la acción apostólica.
La formación cristiana, no es para ser “doctores” en cristianismo, sino para conocer y agradar a Dios siempre más, igual que lo hacemos cuando valoramos el amor de nuestra mamá, buscando complacerla en todo…porque: “nadie ama lo desconocido”.
El legítimo cristiano es discípulo de Jesús, quien pide a hombres y mujeres por fe, esperanza y amor, a ser “sal de la tierra y luz del mundo” (Mt 5, 16-16) La necesidad de formarse cristianamente radica en relacionarnos íntimamente con Dios. Creer que somos amados por Él, amarlo y escucharlo.
Las relaciones personales no sobreviven en la desgracia del “tener y consumir”: Solo se robustecen con el encuentro personal con el Señor Jesús. Por eso, alguien recomendó: Ante Dios Todopoderoso debemos permanecer en situación de humildad intelectual. ¡Ta upéicha!
No hay comentarios:
Publicar un comentario