Dicen
que: Amistad es valor total y
moral. Es afecto personal bondadoso y desinteresado, que nace y se fortalece. La amistad nos hace afectuosos con los otros, nos interesamos por ellos, renunciando ser hostiles
y egoístas.
¡Si tenés un amigo
sincero cuídalo, respétalo, consérvalo!.
Amistad es aprecio personal, sin mancha ni egoísmo. Hoy, a esta voz, muchas veces le damos mal uso, de poca importancia, incluso, como socio, compinche. Pero ¡pobre angá! si cae y no tiene quien lo ayude a levantarse! (Ec 4:10)
La Amistad no grita, se vive: Quien tiene amigo se muestra amigo. “Hay amigo más fiel que un hermano” (Prov. 18:24) La real amistad se expresa con hechos. Mientras más amor demos, más unidos seremos.
Amistad es estar en las buenas y en las malas: “En todo tiempo ama el amigo, el amigo es como un hermano en tiempo de angustia” (Prov. 17:17). La real amistad se prueba en las dificultades y los problemas. ¡Amistad, no complicidad!
Los amigos fieles están antes, durante y después del dolor. El amigo hablar con la verdad. Fieles son las heridas del que ama; Pero molestan los besos del que aborrece. (Prov. 27:6)
Los verdaderos amigos son transparentes y nos dirán la verdad, haciéndonos ver nuestras fallas, con amor o advirtiéndonos, cuando actuamos mal, aunque nos duela, porque todo será para nuestro bien.
Proverbios 17.17 nos dice: “Un amigo es siempre afectuoso y en tiempos de angustia, es como un hermano”. Las amistades son unos de los tesoros más valiosos.
Mantengamos a amigos de verdad -esos que ríen con nosotros en tiempos buenos y que están a nuestro lado en las pruebas- eso supone compromiso compartido y una inversión de tiempo y energía.
La base de la amistad es el amor,
que quiere a la persona de corazón, como se quiere a sí mismo. Si amamos a
Dios, con ese amor que él nos ama, así también debemos querer a nuestros
amigos. O si no, ñande japú.
Luego, es necesario ser Transparente. Seamos sinceros con los amigos y que ellos sean veraces con nosotros. Para proteger un vínculo, ocultemos inquietud o heridas que pueden habernos causado.
La transparencia ayuda a ser mejores. Una relación firme permite a los amigos, señalar con delicadeza los errores y ofrecer una cordial rectificación. (iporâ ñemongetá).
No existe amistad a primera vista, tipo “cupido”.
La amistad pura necesita tiempo para crecer. Hay que dejar de lado tareas y pasar
tiempo juntos para compartir deseos, animar al otro a hablar de lo que hay en
su mente y corazón.
A todos nos gusta ser apreciados. Expresar gratitud, hace saber que somos agradecidos. Cuando decimos lo mucho que disfrutamos de su compañía, o recordamos un gesto favorable con nosotros, agradezcamos. La gratitud es bendita virtud.
La amistad agrada a Dios. Él nos creó para relacionarnos con los demás. Demos lo mejor de nosotros a cada amigo que Él haya puesto en nuestra vida. Amistad, es demostrar caridad a través de hechos hacia alguien imperfecto. “Los amigos verdaderos se aman”.
“Les doy este mandamiento nuevo: Ámense los unos a los otros. Así como yo los amo… deben amarse ustedes. Si se aman los unos a los otros, todo el mundo se dará cuenta de que son discípulos míos” (Jn 13:34-35)
Los sentimientos de amistad se expresan diariamente, no solo cada 30 del séptimo mes de cada año. ¡Feliz día amigos y hermanos mío….hoy y siempre!
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