La Cuaresma dura 40 días. Es tiempo de prepararse para recibir la Pascua, que comienza el miércoles de Ceniza y termina el Jueves Santo. El color litúrgico de este tiempo es el morado que significa penitencia.
Para los católicos, Cuaresma es
un tiempo peculiar de perdón, reflexión y reconciliación, con uno mismo
y con los demás.
En estos tiempos “progre”, a juzgar por la conducta intransigente, peyorativa, e insolente, pareciera que muchos padecen “síndrome de diocesillo”…“yo, solo yo y nadie más que yo…único y autosuficiente”. El otro no existe, y si existe, no es visible, o es descartable.
Así las cosas, intentando mejorar algo, mi vida poco admirable y menos única, pero mía al fin, porque es la que más de cerca me toca vivir –al decir de Unamuno- tomo las reflexiones del P. Jorge Loring, en “Para Salvarte”-, quien tuvo la paciencia de animarme. Esta es la reflexión:
“Solo Dios es único Ser Necesario, que existe por sí mismo, que no depende de nada para existir. Existe siempre, sin principio ni fin…Las cosas que vemos en el mundo vienen unas de otras. Un hombre viene de otro hombre, una flor de otra flor…
Cada ser existente de este mundo es como un anillo de una cadena. Cada anillo está colgado de otro anillo, que es quien lo sostiene. Si subimos por esa cadena de seres existentes llegaremos al primer anillo. ¿Quién sostiene el primer anillo? No puede ser otro anillo, porque no sería el primero….
Pero el primer anillo, ¿estará colgado en el aire? De ser así, toda la cadena caería en el fondo de la nada. Si la cadena de seres que existe no cae, es porque la sostiene alguien que está fuera de la cadena y no necesita de otro para existir.
Ese Ser es Ñandejara. Que yo crea o no…nada importa, porque, “lo que ES y lo que no es, no ES.”
Ese, que sostiene la cadena de seres existentes, que no necesita de otro, que existe por sí mismo, es Dios. Lo mismo que el Sol sostiene la vida en la Tierra. Sin el Sol, desaparece la luz y el calor. Sin la luz del Sol, la Tierra estaría a oscuras; y sin calor las aguas de los ríos y mares no se evaporan.
Luego, no habrá nubes ni lluvias. Fuentes, ríos y mar se secarían. Las plantas morirían por sin agua, y los animales morirían de frío. El aire se envenenaría, porque no habría plantas para reponer el oxígeno.
Es decir, que el Sol con su presencia, hace posible la vida en la Tierra. Lo mismo ocurre con Dios. Él sostiene toda la cadena de seres vivientes.
Si veo una chaqueta colgada en la pared, dice Sheed, aunque no vea el clavo que la sostiene, sé que la chaqueta no desafía las leyes de la gravedad. Sé que un clavo la sostiene.
Si en un paso a nivel desde tu coche ves un largo tren que un vagón tira de otro, comprendes que una locomotora estira de todos los vagones. Aunque no la veas.
Lo mismo que un primer Ser eterno, al ver que unos seres hacen a otros, todos necesitan de otro para existir; menos el primero. Dios es ese Primer Ser que no necesita de otro para existir, que existe por sí mismo, siempre existió y nunca dejará de existir… ¡Cómo pio lo que no entendés loo Goyin!
El cosmos no es eterno, fue creado por Dios. Dice Pablo (Col,1:16sg) que Dios es “el Creador de todas las cosas. Él existe antes que todas las cosas”. El ateísmo marxista se basa en la eternidad de la materia, que existe desde toda la eternidad, no depende de Dios-Creador.
Pero la “eternidad de la materia” es afirmación, no demostración.
Físicamente es inverificable y filosóficamente es inaceptable. La imponen, sin
más, como un postulado.
“Marx era rabiosamente ateo, no por convicciones racionales, sino por motivos emocionales y psicológicos... El psicólogo no tiene más remedio que reconocer en Marx un odio personal hacia el cristianismo, casi idéntico al que sentía Freud...
Tanto Marx como Freud -ambos judíos rechazaban el cristianismo en nombre de la Ciencia; por cuestiones emotivas”.
“Como consecuencia de los nuevos descubrimientos científicos, el principio de la eternidad de la materia, resultó ser totalmente falso según reconocen, con rara unanimidad, los propios hombres de ciencia, quienes afirman que la materia comenzó en un momento determinado, hace algunos miles de millones de años.
“Si el cosmos comenzó, necesitó de un Ser distinto del cosmos que lo puso en a existir. De la nada, nada sale. Este Ser Creador del cosmos, es Dios. Por eso el materialismo marxista es Imposible”. ¡Cómo pio lo que no entendés loo Goyín!
Loring dice: Oí decir en una conferencia a Angel González Alvarez, Rector de la Universidad Complutense de Madrid, Catedrático de Metafísica y Miembro de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas:
“El ateo afirma que Dios no existe, pero no puede demostrarlo. El ateísmo es una profesión de fe en la NO existencia de Dios”. “El ateísmo no se prueba científicamente. Por eso, más que de ateísmo científico, hay que hablar de ateísmo literario”.
Nietzsche y Sartre, al hablar de la “muerte de Dios”, no tienen argumentos para demostrar la NO existencia de Dios. Pero desean que Dios no exista, porque “si Dios no existe, todo está Permitido”.
Hay realidades que escapan al conocimiento experimental. El razonamiento filosófico no es científico. Cuando Renato Descartes dice: "Pienso, luego existo", hace un razonamiento válido; y, sin embargo, no es científico, sino filosófico.
El pensamiento no se ve, pero existe. La Ciencia no lo explica todo. “Los valores de bondad, belleza, santidad, heroísmo, lealtad, verdad; y los sentimientos de alegría, temor, esperanza, amor".... caen fuera del ámbito de la Ciencia.
Hay cosas inalcanzables para la ciencia experimental. La ciencia no sirve para demostrar la existencia de Dios, como tampoco sirve para demostrar el amor de una madre o la fidelidad de un esposo, aunque todo esto sea una realidad.
Pero, no hay duda de que la ciencia aporta datos válidos que confirman la existencia de Dios.
La ciencia explica “cómo” funciona la naturaleza, no el “por qué”. Esto es objeto de la filosofía. Las razones para creer son suficientes, pero no evidentes como una verdad; Dios pide que el hombre le acepte libremente, no a la fuerza.
Las verdades de la fe son razonables y ciertas. Podemos creer con firmeza, pero no se nos imponen con una evidencia aplastante.
Hoy, está de moda el agnosticismo (doctrina que niega al entendimiento humano la capacidad de comprender lo absoluto y sobrenatural); se ningunea a Dios. Cada quien es dios. El terrícola se instala en el mundo como si nunca morirá. El cómodo “no sabe, no responde” vale cuando se ignora.
Pero cuando se trata de rechazar las razones por prejuicios personales, esto no es razonable.
Lo primero que hay que decir: que negar
a Dios, es mal negocio… se enterará cuanto muera. Las cosas son como
Dios dijo que son, no como me parece. Dios dijo que seguiremos vivos más
allá de la muerte, esto es así aunque haya quien lo niegue.
Algunos piensan que por no creer en el infierno son más libres. Es imprudencia. Cerrar los ojos ante la verdad no enriquece al hombre, lo empobrece. La prudencia no está en ignorar un riesgo, sino en prevenirlo. Cerrar los ojos ante un riesgo es señal de inconsciencia.
El agnosticismo es un riesgo. Cuando se trata de un riesgo grave como el morir electrocutado o la condenación eterna, hay que ser muy prudentes. Nadie toca un cable de alta tensión aunque tenga el 90% de probabilidades de que no pasará nada.
Pero Dios respeta nuestra libertad, incluso, la libertad de levantar nuestra mano contra su rostro. Y recuerden...a pesar de las diferencias, Dios manda que nos amemos unos a otros, porque somos todos hermanos. ¡Quien no tiene cuaresma...no tiene Pascua!, decía aquel adagio.
¡Gracias P. Jorge... por tus sabias enseñanzas!
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