Si poetizamos a los santos, los deshumanizamos y
deshumanizándolos, les rapiñamos la belleza de la santidad, afirma Mauricio
Artieda (Catholic.net) y sigue:
El sentido común -el menos común de los
sentidos- advierte que “ser santo”, no significa creer que los “santos de
Dios”, eran seres puros, limpios y virginales, que en vida
desparramaron oración, caridad y beata dulzura.
*Moisés y milagros asombrosos: Dios convierte el río Nilo en sangre y abre el mar rojo ante sus ojos. Dios habló con él como nunca habló con nadie desde Adán. Incluso, le reveló su nombre: “Yo Soy el que Soy” (Ex 3, 14). ¿Qué hombre, por muy poderoso que sea, es hoy tan privilegiado?
El pueblo ingrato se
reveló contra Dios, se plagueó, reclamó mejor vida a Moisés, quien acabó
cediendo ante tanta presión. Moisés dudó de Dios. El Señor dijo: “Por no confiar
en mí (…), te aseguro que no entrarán en la tierra prometida”. (Nm 14:26-45)
*David: Era “valiente, buen guerrero y de
presencia agradable”. Dios lo eligió entre 11 hermanos más robustos que él por
su buen corazón. Lo consagró para hacer grandes cosas. David confiaba en Dios y
el Señor bendecía cada uno de sus pasos. Pero David falló grande: no solo cometió adulterio con Betsabé, mujer de Urías, además, cayó
en un pecado mayor: “Puso a Urías, su comandante, en el lugar de lucha más
peligroso, para que lo maten. (2ª Sam 11, 14). Fue un vil traidor y
asesino...
*Elías, junto a Moisés, está con Jesucristo en la transfiguración. ¿Hay personaje en la Biblia cuya santidad esté más confirmada que la de este hombre…pero…
¿Qué pasó durante el reto con los sacerdotes de Baal? (…) La reina Jezabel decidió deshacerse de Elías. El temible profeta, quien desafió a 500 sacerdotes en el monte Carmelo, “tuvo miedo, se levantó y puso su vida a salvo” (1 Re 19, 3)
*Jonás. Nínive era una ciudad pagana que se alejó de Dios. Los abusos, robos e idolatría se hicieron pan de cada día: Dios elige a un hombre para corregirla.
Curioso: Dios elige a Jonás, un tipo insufrible y engreído, que para colmo de males no tenía la más mínima voluntad de cumplir el divino encargo. A pesar de todo, Jonás se embarca y se pone en marcha, ¡pero en sentido contrario: a Tarsis, creyendo huir de Dios! (…)
Ya en Nínive Jonás se rinde y anuncia el mensaje de conversión. La gente se conmueve, hace penitencia y vuelve a la fe. (…) Es verdad, Señor, Isaías tenía razón: «los caminos de Dios no son nuestros caminos» (Is 55, 8).
*Jeremías. Joven ilustre de familia sacerdotal. Cuando Yahvé lo llamó dijo que era muy joven y tuvo miedo…Dios lo animó: “Irás donde te envíe…no tengas miedo. Pondré palabras en tu boca… yo estaré contigo para protegerte (Jr 1, 8-10).
Jeremías dice ¡Maldito el día en que nací! ¡Que el día en que mi madre me dio a luz no sea bendito! ¡Maldito el que alegró a mi padre con la noticia de que un hijo varón le había nacido! (Jm 20:14-16)
Muchos débiles humanos hoy, también son santos. Lloran, piden perdón, ofenden y luchan. Viven sus logros mediante la gracia y ponen lo suyo para ser mejores con ayuda de Dios. Padres responsables, hijos obedientes, obreros honestos, estudiantes dedicados, gente solidaria…
Por ello, aun en este malo tiempo, si ofrecemos el corazón, el terreno es fértil para que Dios plante semilla de santidad. Nosotros solo tenemos que aceptarla, ya que Cristo nos dice: “Sean perfectos, como su Padre que está en el cielo es perfecto” (Mt 5:48)
No hay comentarios:
Publicar un comentario