Hoy, se alaba el avance casi omnipotente del progreso tecno-científico. Y a ese optimismo y explosión desbordante de saberes, llamaron: cientificismo. No es para menos, teniendo en cuenta los beneficios que aportan al hombre. Pero, el futuro, está repleto de incógnitas, debido a algunas dudas:
*Superpoblación. En el año1900, la población era algo más de 1.000 millones. Hoy, se habla ya de 7 mil millones. Y en el 2025, estiman que llegaremos a los 10 mil millones. El excesivo consumo, la constante contaminación ambiental como la polución material y moral, amenaza seriamente nuestra fauna.
*Hambre. Nunca como hoy se produce cantidad de bienes de consumo. Pero, millones de seres humanos padecen y mueren de hambre en el mundo. La grieta entre ricos y pobres al inicio de este siglo se agranda y profundiza. Estudios revelan que, en el siglo XVII, la proporción de desigualdad era de 1 a 5 y ahora, esa desigualdad llega a ser de 1 a 4.000. ¡Qué contrasentido!
En los países ricos se guardan toneladas de alimentos, mientras que millones de niños desnutridos están condenados a mendigar. Y ¿Qué dicen los amos del mundo?
*Violencia: Decimos amar la paz, pero el mundo está cada vez más hostil. No hablamos de las guerras mundiales ni de los interminables actos terroristas.
Las diferencias sociales, políticas, vecinales y familiares provocan peleas y muertes. por eso, llamaron a este fenómeno de violencia urbana “síndrome de ratópolis”, porque las ratas se matan entre ellas. ¿Qué dicen los gobiernos e intelectualoides de su currículo académico?
*Globalización. Dicen que el sociólogo McLuhan, acuñó en 1962, el vocablo “aldea global” para describir los procesos de “integración e intercambio” de las sociedades humanas. Contribuyó a estos logros tecnologías como la Tv, Internet, el inglés y la americanización de la cultura.
Pero, la globalización es un contrasentido, porque en realidad beneficia a muy pocos y excluye a dos tercios de la población, es decir, a la mayoría. Se pierde lazos de solidaridad, la familia se desintegra, los matrimonios escasean; en cambio, aumenta la desconfianza, la inseguridad y la soledad. Lo que se socializa es el Vyroreí.
Así, el individuo se fractura en diferentes “yoes”, porque muchos son los ídolos que idiotizan a las masas: Programas de Tv basura, revistas del corazón entre oros anuncios violentos y pornográficos, disfrazados de “diversión familiar”.
*Corrupción. Casi ningún país se salva de esta plaga social. Muchos políticos pregonan la necesidad de transparencia, pero constantemente se denuncian actos de corrupción: ningún poder del estado se salva, en éste o en aquel país.
Diariamente los medios de comunicación denuncian transacciones ilícitas, compra de conciencia, tráfico de influencia, fraude fiscal, relajamiento de autoridades, robos, sobornos, mentiras, grosera impunidad. ¿Qué hacer ante tanta podredumbre individual, social y moral?
Pero, el reino de justicia se impondrá, y ...ay de quienes oigan a Cristo, en aquella hora terrible decir: "Apártense de mí, malditos, vayan al fuego que no se apaga, preparado para el diablo y sus ángeles" (Mt 25:41). ¡Ta upéicha!
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