domingo, 23 de noviembre de 2014

CÓMODO Y ACRÍTICO

CONSECUENCIAS  DE  ESTA  OPCIÓN

Dicen que la libertad del ser humano, en términos de independencia y autonomía, va inseparablemente unida a un cierto nivel de incertidumbres, inseguridad y angustia. Estos sentimientos corren el riesgo de llevar al individuo a buscar respuestas en mesiánicos que le den seguridad, lo que también puede disminuir o perder su libertad.

Abundan los muy competentes y especializados en lo intelectivo y profesional, pero infantiles en lo afectivo y moral. El “buen profesional” es tan “bueno”, pero muy cómodo y acrítico, por ejemplo, para enfrentarse a lo que está mal, viéndose envuelto en separaciones, divorcios, incapacidad, patoterismo y demás dificultades para la educación, es decir, nulos.

En muchas familias – lamentablemente - los hijos crecen exigiendo, arrogantes e insatisfechos. Naturalmente, llega el momento que no tienen alicientes, ni inquietudes, ni desafíos. Viven cómodos y acríticos. Resultado: Se convierten en perfectos inútiles. ¿Por descuido o desinterés? ¿Por qué? Porque han llevado una vida cómoda, una vida “burbuja”, irreal e irresponsable.

Son los perfectos idiotas morales – los che olúo, hello, kisses, heavy, fashion, etc.– que inundan nuestra fauna local. No se trata de buscarles experiencias desagradables para que se curtan, pero sí se trata de  permitir que aprendan del día a día, de las pequeñas dificultades y frustraciones; de promover a que fortalezca su carácter y se sientan seguros ante los desafíos normales, sin necesidad de depender de la protección o de la reafirmación de sus padres.

Es frecuente oír a gente joven decir, “yo hago lo que me da la gana.... para eso soy libre“. Y aunque la gente más adulta no lo expresa de esta manera, muchos actúan según esa convicción. Pero esto es una tontería, ser libre no consiste en hacer lo que a uno le da la gana; esto es libertinaje.

El individuo cómodo, acrítico e irresponsable, se volverá hombre-masa. El hombre "masa" y el "pasota" comparten morada. Ambos engendran al "hombre absurdo": componente de la actual fauna posmoderna. Pasota, según el diccionario Larousse: "Que muestra desinterés por lo establecido"

La actitud indolente del pasota es totalmente contraria al hombre que intenta alcanzar un mundo "utópico", más justo y más humano, por medio de su esfuerzo y respeto a las reglas de convivencia humana. El pasota busca vivir en extremo relax, indiferente a todo y a todos.

Según Ortega y Gasset, algunas características del pasota son: incomprensión de los criterios de valor, desprecio por el sentido de las acciones, resistencia a comprometerse en actividades de realización personal y del bien común, rechazo de normas y doctrinas estables, cultivo de sensaciones placenteras. Entonces nada construye, aun cuando sus posibilidades sean grandes. ¿Seguiremos siendo pasotas, es decir, cómodos y acríticos ante el desorden establecido?

¡Y este tipo de hombre se multiplica en nuestra sociedad!. ¿Qué hacer, qué decir?

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