lunes, 15 de septiembre de 2014

HOMO ECONÓMICUS (II)

¡Gano Poco… no me alcanza el sueldo!

Decíamos en el anterior artículo: Gastar menos es recortar sus gastos. El primer paso no tiene que ser muy drástico. Según algunos expertos, estas son cinco formas de empezar:

Primero, revise cada cuenta que requiere pago mensual. Pregúntese si realmente necesita esos servicios. ¿Está usando un celular caro y concierto plan que ofrece completo “servicio” o lo podría reemplazar con un teléfono 20 veces más barato?  Luego, revise cada cuenta y vea si hay servicios “opcionales” que puedan ser eliminados. ¿Realmente necesita el servicio de cable? ¿Realmente necesita mensajes de texto ilimitados? ¿Realmente necesita todo lo que le causa gasto? ¿O, solamente satisfacer sus deseos motiva el descalabro económico…?.

Segundo, mantenga una libreta en su bolsillo y escriba cada gasto que tenga. El simple proceso de hacer esto va hacer que usted piense dos veces acerca de los gastos innecesarios. Cuando tenga una lista de los gastos que ha tenido en un mes, revíselo. Pregúntese si es que cada uno de estos gastos ha contribuido a su felicidad futura. Este proceso hará que usted recapacite y le haga pensar en lo que usted está derrochando su dinero. No importa lo que la gente piense por ser usted ordenado (no faltarán quienes digan que usted es un miserable… no importa)

Tercero, revise lo que hace cada día (o la mayor parte de los días). ¿Hace cosas que le están costando dinero?  Por ejemplo recortando solo 10.000 guaraníes de sus gastos diarios se ahorraría Gs. 3.600.000 al año. ¿Compra periódico, chicle o gaseosa  todos los días? ¿Por qué no cortar estos gastos diarios un poquito? ¿Por necesidad o por comodidad come afuera todos los días?  Tal vez usted pueda traer su almuerzo de casa unos días de la semana. (Yo llevaba mi comida al trabajo, aunque reconozco, resultaba incómodo, pero uno acaba acostumbrándose). Sólo es cuestión de voluntad – virtud - analizar todos los gastos regulares que puede cortarse. Lo bueno que se hace habitualmente se llama Virtud. Lo malo, vicio. Eliminar superfluos gastos habituales, es ahorrar cuando se hace por un tiempo largo. Eso se llama disciplina.

Cuarto. Mi experiencia personal si le sirve. No solicitar tarjetas de crédito si no son necesarias, ni es conveniente llevarlas encima si las tenemos, salvo que vayamos de viaje, por ejemplo. Muchas veces el dinero de plástico nos da tranquilidad al comprar porque no pensamos en que después hay que devolver ese dinero con suculentos intereses. No se deje engañar por cualquier crédito que le ofrecen, ni compre por ninguna “ganga” lo que no necesita. Recuerde que lo que paga por algo que no necesita, es un gasto inútil.

Hay muchas maneras de no perder más dinero, por ejemplo, haciendo bien el trabajo. El tiempo que usted gasta sentado sin hacer nada, preso de las páginas Web, o chateando para ganar un millón de “amigos” es tiempo efectivamente perdido. Puede recibir descuento en sus haberes como sanción, porque es tiempo perdido cuando debiera producir, y por eso le pagan.

Finalmente, no olvide la regla de oro para su economía: gaste menos de lo que gana. En la fauna en que vivimos, el consumo parece ser la finalidad última de nuestra existencia. Desde todos los rincones nos bombardean con publicidad destinada a convencernos no sólo de la calidad o buen precio de un producto, sino de lo “necesario que es para vivir” y no ser un “marginado” de la sociedad. Con otras palabras: No seamos consumidores consumidos por el consumo que nos consume.

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