sábado, 6 de septiembre de 2014

¡PARAGUAY QUERIDO…! (II)

¿JUSTO Y EQUITATIVO?

La falta de idoneidad y de méritos de una gran mayoría de los funcionarios públicos y  legisladores, provoca cuestiones insólitas, como promulgación de leyes, que enseguida, son derogadas (ITV, SOAT, etc).

Con tantos impresentables que ocupan cargos de relevancia en la función pública, no es de extrañar que no podamos salir de la sempiterna categoría “kachiái”, por un lado, y nada digamos de la falta de cultura cívica y moral de tantos “pretores” al “servicio” del bien común.

Sabido es que la corrupción existe en todo el mundo, pero, ¿será con insólita estupidez como ocurre en nuestra fauna? Ej. ¿Cómo se entiende que un juez y un senador, se evidencien tan torpemente por medio de fotografía, filmaciones y mensaje de voz?. ¿Cómo se puede vender y comprar tan “inocentemente” un cauce hídrico, cercarla y el  comprador de la isla, el propietario del cauce, impida la entrada de periodistas, porque se trata de una “propiedad privada”? (ABC martes 11.03.14).

¿Qué decir del caso de corrupción de un billón de guaraníes en el Paraguay?. (ABC, 01.09.14). Causas por un perjuicio patrimonial de G. 1.070.415.070.894 a los ministerios de Agricultura y Ganadería, Interior, Hacienda, Justicia y Trabajo, Obras Públicas, Salud, Educación y Cultura, el Indert, Indi, IPS, la Secretaría de la Niñez, Senavitat, Petropar, Presidencia de la República, la Gobernación de Amambay, Villa Hayes y la binacional Yacyretá, son indagadas por la fiscalía de Delitos Económicos y Anticorrupción. Los fiscales tienen 44 causas, de las cuales 20 cuentan con imputaciones y 7 con acusaciones, según un informe remitido a la Fiscal General del Estado.

Finalmente, sin olvidar el sonado proceso por megaevasión, que investiga un supuesto esquema delictivo para otorgar créditos fiscales a empresas contribuyentes. La denuncia fue presentada por la Subsecretaría de Tributación del Ministerio de Hacienda el 01.09.14. Se estima un perjuicio de G. 340.000.000.000.

Dice Secundino Núñez: “Cuando los vicios y fechorías se hacen mentalidad y delincuencia habitual, hablamos de pecados estructurales”, los que se hacen llamar servidores públicos, abandonan a su pueblo y pasan de largo, sordos y ciegos, ante las necesidades del prójimo (falta de insumos en hospitales, pedido de coima en instituciones públicas para “acelerar” el proceso, injusticia aquí y allá, impúdico nepotismo que significa asqueroso robo, en perjuicio de los más menesterosos, etc.

Ante esta realidad no queda sino sacudirnos de nuestra acostumbrada beata somnolencia, que consiste en encogerse los hombros y decir: ñandé ko upeichante voí. Que la lucha de los contribuyentes, saliendo a las calles a protestar, padres, profesores, estudiantes y alguna autoridad decente, haga que se enteren del rechazo a los indeseables que ocupan bancas y cargos públicos. De lo contrario, seguiremos subsidiando el caos establecido.

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