domingo, 20 de noviembre de 2011

¿ÉTICA o DEONTOLOGÍA PROFESIONAL?

                                                  ¿Cuál es la diferencia?

Es posible que el mismo encabezado del artículo revele mi indigencia intelectual. En mi auxilio, por tanto, aparece el profesor Augusto Hortal Alonso para establecer la diferencia que existe entre deontología y ética y dice así: La ética profesional se centra ante todo en el tema del bien; qué es bueno hacer; al servicio de qué bienes está una profesión y cuál es el tipo de bien que busca como finalidad, la abogacía, la medicina, la ingeniería, el trabajo profesional de los farmacéuticos o de los periodistas, etc”.

La deontología profesional se ocupa ante todo de deberes y obligaciones, (deon en griego significa deber) busca formular un conjunto de normas exigibles a todos los que ejercen en una misma profesión. Sin la perspectiva de la ética, la deontología queda sin su horizonte de referencia; no acaba de quedar claro el sentido y el por qué de las normas deontológicas; no se ve claro hacia dónde apuntan y qué clase de bienes tratan de conseguir” (Ética de la Profesiones –Universidad Pontificia Comillas p.57)

Un código deontológico, de una o varias maneras, enuncian en primer lugar deberes para con la profesión, la competencia profesional y la correspondiente responsabilidad de los profesionales, es decir, adopta una función de modelo de actuación en el área de un colectivo. La deontología profesional se convierte en un texto normativo, orientada al deber. (p. 58) ¿De qué tratan los códigos deontológicos? En primer lugar y fundamentalmente, de los deberes para con la profesión.

La ética hace directamente referencia a la conciencia personal. No se encuentra “presa” en normas ni en códigos deontológicos. La ética tiene como instancia última la conciencia individual. No pocas veces una acción reprochable es escondida bajo el cumplimiento de ciertas normas. Y así lo legal, lo establecido, lo escrito, por ser muchas veces deficiente y miope, no siempre es moralmente aceptable.

Para no pocos profesionales, la moralidad de sus actos es sometida a la ética utilitarista, al imperativo de ser alguien en la vida, de ser exitoso y voraz competidor en las pasarelas del triunfo, a como dé lugar. Recordemos que la pulcritud y refinamiento académicos ha bautizado con el retumbante nombre de deontología  (palabra inventada por el filósofo y jurisconsulto británico Jeremy  Bentham  (1748- 1832) a esa disciplina que hace veinte y cinco siglos se conoció como Ética. El profesor de la Universidad Pontificia Comillas, José Luís Fernández F. dice: "El concepto de "Ética Profesional", tal como yo lo entiendo, es más amplio de "Deontología", si bien este último queda subsumido en el primero" (p. 92)

El buen actuar humano ha de ser guiado por las virtudes cardinales, también conocidas como “civiles”: prudencia, justicia, fortaleza y templanza, con las cuales el profesional ha de ser considerado leal, honesto y merecedor de la confianza ajena, sin necesidad de que estén escritas.. Aunque estos términos suelen usarse como sinónimos, y de hecho, no se contraponen, personalmente y por ética, prefiero la Ética, en virtud de que a ésta, la considero más íntegra que la deontología. ¿Por qué?. Porque la deontología acata normas, reglas, códigos establecidos.... pero...

Pregúntese, estimado lector...¿Y si no están escritos algunos deberes que reclaman la justicia natural y la conciencia moral.....qué pasa...? Ud. tiene la respuesta.



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