miércoles, 5 de mayo de 2021

QUIEN TIENE CONVICCIÓN…

 ¡Sabe lo que quiere…y quiere lo que sabe!

¿Es posible que haya gente que viva sin convicciones? A priori, la pregunta parece tonta, pero si miramos en nuestro entorno, vemos que hay gente “viviendo en la luna o en algún taper”, más perdido que “locote en clericó”, diría graciosamente aquel amigo. 

Convicciones personales son conjunto de opiniones, puntos de vista y creencias que cada uno tiene sobre la vida. Son la expresión de lo que pensamos, creemos, de lo que estamos seguros o dudamos; de lo que entendemos como bueno o malo. 

En general, la convicción es la creencia firme en algo o en alguien. Tiene que ver con la noción de creencia, certeza y aceptación hacia algo, alguien o algún suceso conque puede estar a nuestro alcance o no. Ej. “estoy convencido de su bondad”. 

La persona convencida de su deber cumple con su promesa; no miente, aunque le cueste el puesto, es decir, tiene valores no renunciables, es íntegra aunque le acarree problemas. 

Teresa de Calcuta era mujer con convicciones profundas. También Juan Pablo II; Martin Luther King;​ Mahatma Gandhi y cientos de mártires del siglo XX y los asesinados en este siglo por odio a la fe. Así como tantas abnegadas amas, maestros y tanta gente más… 

La persona de convicciones es firme en su idea, creencia, discurso o acción. Convicción también es una idea política, ética o religiosa a la que una persona se adhiere fuertemente. Porque, ¡Sabe lo que quiere…y quiere lo que sabe! 

En términos sencillos, una persona convencida tiene seguridad total de algo, sabe lo que quiere y quiere lo que sabe, porque cree que sucederá como piensa. Ejemplo, “tengo la certeza, es decir, la convicción de que todo irá bien”. 

Ejemplos de compatriotas que saben lo que quieren y quieren lo que saben, entre otros, Agustín Pío Barrios; Luis Alberto del Paraná, y tantos más que triunfaron (en distintas áreas) en el mundo, por estar convencidos de sus talentos. 

Dicen que sin convicciones se camina mal, se engaña, se busca el propio beneficio. 

La principal causa que provoca el desarrollo del vacío existencial es no tener convicción en la vida. La misión del papá es buscar el bienestar de sus hijos, la de un artista es el aplauso del público, la de un investigador, aniquilar al Covid-19, etc. 

Ser hombre de convicciones propias es una meta que debes proponerte conseguir: No te dejes llevar por vientos que soplan a tu alrededor; no fijes en cómo piensan y obran otros; si te dejas guiar por los demás, otros mandarán en tu vida, dice Alfonso Milagro. 

Eso no lo puedes tolerar bajo ningún concepto. Ten tus convicciones y sigue con docilidad las indicaciones de tu propia conciencia. ¿Si los demás tienen otras convicciones y en consecuencia siguen otras normas de conducta? 

Bien; ellos tienen su conciencia. Tú, la tuya. ¡Ellos tienen otra escala de valores! ¡Y qué! Tú tienes la tuya y los valores se ordenan por tu escala, no por la de ellos. Cuesta más ser fiel a las convicciones de tu conciencia…pero es la única forma de vivir con dignidad. 

Tu fe te ha salvado” decía el Señor cuando sanaba enfermos. Y a la mujer que pedía la sanara, respondió: “Mujer, grande es tu fe; que te suceda como deseas” (Mt, 15, 28). Quien tiene convicción, ¡Sabe lo que quiere…y quiere lo que sabe! 

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