¿ALEGRE ENGAÑO?
¿Por qué un cristiano no debe celebrar Halloween, si
al final es una fiesta inocente? Halloween puede ser un
tema muy controversial. Algunos “cristianos” celebran Halloween simplemente
usando “disfraces y divirtiéndose”, viendo esto como algo inocente e inofensivo.
Otros, sin embargo están igualmente convencidos que Halloween es una
fiesta satánica establecida para adorar espíritus malignos y promover las
tinieblas y la maldad. Así que, ¿Quién tiene la razón?.
La escritura no habla
nada con respecto a Halloween, pero sí nos da algunos principios con los cuales
podemos tomar una decisión. En el Israel del Antiguo Testamento, la brujería
era un crimen castigado por la muerte (Éxodo 22:18;
Levítico
19:31;20:6,27).
La enseñanza del Nuevo Testamento con respecto al ocultismo es clara. Hechos 8:9-24,
el relato de Simón, muestra que el ocultismo y el Cristianismo son incompatibles. En Hechos 13:6-11 revela que la hechicería está violentamente opuesta al
Cristianismo.
Pablo llamó a Elimas, hijo del diablo, enemigo de la justicia y pervertidor de los caminos de
Dios. En Hechos
16, en Filipos, una joven adivina perdió sus poderes demoníacos
cuando el espíritu maligno fue expulsado por Pablo. El punto interesante es que
Pablo rehusó permitir incluso que buenos comentarios vinieran de una persona
endemoniada. Muestra a nuevos conversos que abruptamente han
dejado atrás su ocultismo confesando sus obras malvadas, trayendo su magia y quemándola frente a todos. (Hechos 19:19).
Entonces, ¿Debe un
Cristiano celebrar Halloween? ¿Hay algo malo en vestirse como princesa o
vaquero e ir alrededor de la cuadra pidiendo dulces? No hay nada malo en
eso. ¿Hay cosas acerca de Halloween que son prácticas anti-cristianas y deben
ser evitadas? ¡Absolutamente sí!
Si los Cristianos van a
tomar parte en la fiesta de Halloween, sus actitudes, vestimentas y lo más
importante, sus comportamientos deben aun reflejar una vida redimida (Filipense 1:27).
Hay muchas iglesias que tienen “festivales de la cosecha” e incorporan
vestuarios, pero en un ambiente devoto. Hay muchos cristianos que distribuyen
tratados que comparten el Evangelio junto con los dulces de Halloween.
La
decisión ultimadamente nos toca hacerla nosotros mismos. Pero como en todas las
cosas, debemos de incorporar los principios de Romanos
14. No podemos permitir que nuestra convicción con
respecto a cierto día de fiesta cause división en el cuerpo de Cristo, tampoco
podemos usar nuestra libertad para causar que otros tropiecen en su fe. Debemos
hacer todas las cosas como para el Señor.
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