lunes, 10 de noviembre de 2014

LA ESCUELA HOY:

¡ORGANISMO EDUCATIVO VIVIENTE?    (FIN)

Educación sexual. Niños y adolescentes “deben ser iniciados conforme avanza su edad en una positiva y prudente educación sexual”. Se trata de educar a obrar bien más que de una simple instrucción sobre el sexo.

Hay razones obvias para semejante educación, cada vez más preocupantes: nuevas ideologías, doctrinas y movimientos de opinión que atañen a la naturaleza y a la finalidad del sexo, hacen necesarias capacidades extras para exponer en aula la educación sexual.

Es que hablar de educación sexual se volvió un tema muy complejo, no por el tema en sí, sino porque está lleno de trampas muy bien disfrazadas, con fachadas de humanismo, idealismo y altruismo, que son capaces de seguir engañando.

Ante el caos que produce las nuevas orientaciones e ideologías gravemente ambivalentes, los alumnos tienen urgente necesidad de recibir sana información para no caer en la trampa y dominar los impulsos provocados por las aplastantes corriente sodomítica-gorrominas.

La responsabilidad de padres y profesores se agiganta por la complejidad de su tarea: formar la mente y la moral personal de los hombres del mañana. No es tarea fácil cultivarlos y protegerlos de las arbitrarias enseñanzas del desecho cultural que desde los centros neurálgicos del poder, distribuyen a todo el mundo sus perversas ideologías (perspectiva de género - salud reproductiva, etc.).

Por ello, la obra educativa se ha vuelto más difícil y exigente: debe preparar instrucción para la mejor vida que en el pasado…educando para lo verdadero, lo bello, el bien, la fe, la paz y la justicia.

Para educar no bastan clases magistrales, es decir, palabras y teorías. Este tipo de educadores se encuentran “a la vuelta de la esquina”, a discreción; pero, educadores serios, responsables y honestos, es decir, hombres que, humildemente pero con coraje, renuevan continuamente sus energías intelectuales y éticas, son escasísimos.

Por consiguiente, urge formar un cuerpo docente que no sólo esté académicamente preparado, sino que además, se entregue con satisfacción, convencimiento y decoro al compromiso pleno y exclusivo de la escuela, para formar personas íntegras.

No es Maestro cualquiera, dirá Carlos Díaz. Es vocación. Hay profesiones que se pueden ejercer sin vocación, pero hay vocaciones que sólo se pueden ejercer profesionalmente. La auténtica profesión-vocación es la del maestro. Se dice que hay tres grandes profesiones-vocaciones: el maestro, el religioso y el médico

La vocación del maestro es diferente de la vocación religiosa y médica, aunque  hay en la vocación del maestro, un poco de sacerdocio y un poco de medicina. Por tanto, el verdadero maestro tiene dimensiones, pedagógica, sanatoria, y teocéntrica.

Ya no maestros que trabajan por dinero o por status. Es el colmo de la degradación, teniendo en cuenta que aquí  y ahora, muy poco es el esfuerzo de hoy día para acceder a un título académico y fungir de “profesor”. Educar es hacer y reconstruir persona,  afirma el maestro Roger Texier. 

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