¡ORGANISMO EDUCATIVO VIVIENTE? (FIN)
Educación sexual. Niños y adolescentes
“deben ser iniciados conforme avanza su edad en una positiva y prudente
educación sexual”. Se trata de educar a obrar bien más que de una simple
instrucción sobre el sexo.
Hay razones obvias para semejante
educación, cada vez más preocupantes: nuevas ideologías, doctrinas y
movimientos de opinión que atañen a la naturaleza y a la finalidad del sexo,
hacen necesarias capacidades extras para exponer en aula la educación sexual.
Es que hablar de educación sexual se
volvió un tema muy complejo, no por el tema en sí, sino porque está lleno de
trampas muy bien disfrazadas, con fachadas de humanismo, idealismo y altruismo,
que son capaces de seguir engañando.
Ante el caos que produce las nuevas
orientaciones e ideologías gravemente ambivalentes, los alumnos tienen urgente
necesidad de recibir sana información para no caer en la trampa y dominar los
impulsos provocados por las aplastantes corriente sodomítica-gorrominas.
La responsabilidad de padres y
profesores se agiganta por la complejidad de su tarea: formar la mente y la
moral personal de los hombres del mañana. No es tarea fácil cultivarlos y
protegerlos de las arbitrarias enseñanzas del desecho cultural que
desde los centros neurálgicos del poder, distribuyen a todo el mundo sus perversas
ideologías (perspectiva de género - salud reproductiva, etc.).
Por ello, la obra educativa se ha vuelto
más difícil y exigente: debe preparar instrucción para la mejor vida que en el
pasado…educando para lo verdadero, lo bello, el bien, la fe, la paz y la
justicia.
Para educar no bastan clases
magistrales, es decir, palabras y teorías. Este tipo de educadores se encuentran
“a la vuelta de la esquina”, a discreción; pero, educadores serios,
responsables y honestos, es decir, hombres que, humildemente pero con coraje,
renuevan continuamente sus energías intelectuales y éticas, son escasísimos.
Por consiguiente, urge formar un cuerpo
docente que no sólo esté académicamente preparado, sino que además, se entregue
con satisfacción, convencimiento y decoro al compromiso pleno y exclusivo de la
escuela, para formar personas íntegras.
No es Maestro cualquiera, dirá Carlos
Díaz. Es vocación. Hay profesiones que se pueden ejercer sin vocación, pero hay
vocaciones que sólo se pueden ejercer profesionalmente. La auténtica
profesión-vocación es la del maestro. Se dice que hay tres grandes
profesiones-vocaciones: el maestro, el religioso y el médico
La vocación del maestro es diferente de
la vocación religiosa y médica, aunque
hay en la vocación del maestro, un poco de sacerdocio y un poco de
medicina. Por tanto, el verdadero maestro tiene dimensiones, pedagógica,
sanatoria, y teocéntrica.
Ya no maestros que
trabajan por dinero o por status. Es el colmo de la degradación, teniendo en
cuenta que aquí y ahora, muy poco es el
esfuerzo de hoy día para acceder a un título académico y fungir de “profesor”.
Educar es hacer y reconstruir
persona, afirma el maestro Roger Texier.
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