miércoles, 12 de noviembre de 2014

YO CRITICO, TU CRITICAS, EL CRITICA…Y

¡TODOS  CRITICAMOS!

La crítica negativa, sólo niega y punto. Sirve nada más que para bloquear o romper cualquier iniciativa. Conocemos gente que se pasa la mayor parte del día criticando, lo que sea. Por qué antes no se preguntan: ¿para qué critico? ¿Por qué critico? ¿Cuál es el resultado que pretendo alcanzar?....Y nos hemos lanzado a inmisericorde ataque, sin saber exactamente el sentido de la agresión, llegando a arrepentirnos – muchas veces - por llegar donde no queríamos.

Así criticamos a la iglesia, a los que van a la iglesia, al cura, al gobierno, al vecino, al cónyuge, a la comadre, al profesor… a todo y a todos. En realidad, ¿qué pretendo conseguir con mi incansable crítica?. Quien critica a todo “vapor” y cualquier cosa, es un elemento destructivo.

Desde que comienzas la jornada todo puede ocurrir: sales a la calle, paras al colectivo y el chofer te grita que te apures cuando es él quien se detuvo a dos metros de la parada ¡Ejupí py nde tavyrón!; llegas a tu oficina y tu jefe, de mala manera, te da el listado de todo lo que debes hacer en el día; un compañero de trabajo te empuja de mala forma, y esto es nada más el principio: pura violencia, como si el maltrato y las críticas diarias fueran normales y debiéramos acostumbrarnos a ellas.

¿Cómo eliminar la basura emocional de criticar inútilmente? La psicóloga Ciara Molina apunta algunas sugerencias:

- Pensamientos positivos o negativos, tú eliges. Según Molina, «los pensamientos negativos generan una enorme cantidad de malestar, y su manifestación común es la ansiedad». Los positivos, en cambio, provocan todo lo contrario a nivel emocional.

- Creando expectativas, acumulando frustraciones. Tendemos a fijarnos demasiado en lo que consideramos que nos hace falta, y esto nos dificulta poner atención en lo que somos, sentimos y pensamos en nuestro día a día. No podemos saber lo que v a pasar de aquí a cinco años, pero sí podemos gestionar adónde queremos llegar dando pequeños pasos desde el hoy.

- La actitud determina el estado de ánimo. El mundo según lo vemos no es más que un reflejo de nuestro estado interior: cuanto más optimistas seamos a la hora de interpretar lo que nos pasa, mejor valoración haremos de nosotros mismos (autoestima) y mejor adaptación al medio tendremos. Por tanto, toda actitud positiva comienza por tener una autoestima saludable.
- Voluntad sin acción es papel mojado. Cuando nos sentimos decaídos, lo primero que perdemos es la voluntad. «Sabiendo que la voluntad es nuestra capacidad para decidir si realizar un determinado acto o no, ¿por qué escoger quedarse en la oscuridad pudiendo ver la luz?».
- Quiero, puedo, me lo merezco. Tenemos que tener claro que lo que nos define no son las opiniones positivas que los demás puedan tener o las críticas a las que nos veamos expuestos, sino la valoración que hacemos de nosotros mismos.
- Críticas, ¿constructivas o destructivas? Lo que diferenciará que una crítica sea constructiva o destructiva será la intención con la que se dice, las palabras que se escogen y la manera de decirla. Cuando seamos nosotros los que formulemos la crítica, no debemos ser apresurados a la hora de opinar. ¿Qué le parece? 

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