jueves, 6 de noviembre de 2014

LA VERDAD

¿QUÉ  EXACTAMENTE  ES?

El problema de la verdad puede ser considerado desde tres puntos de vista: filosófico, teológico y moral. Los filósofos definen la verdad como la conformidad de la idea con el objeto representado por ella. Los teólogos consideran la verdad, especialmente en orden a Dios y, del conocimiento que podemos tener de las cosas divinas. La moral estudia la verdad en relación a la vida y a la conducta que deben observarse en cada circunstancia. El fundamento de la verdad suprema es Dios.

El primer deber elemental del hombre honrado es estar constantemente abierto a la verdad. Esto requiere plena disponibilidad y docilidad para favorecer sus exigencias. (circunstancias difíciles, sacrificios, valentía ante fraudes y engaños). 

Honrar la verdad es una invitación para servir de ejemplo luminoso en todos los sectores de la vida individual, familiar, profesional y social. Solo honra la verdad quien posee valor, firmeza y fuerte convicción de su recta conciencia.

Decir la verdad es virtud de la veracidad. La palabra está destinada a unir y no a dividir los ánimos, porque según Pascal, la verdad fuera de la caridad ya no es de Dios. Precisamente por el imperativo del amor, no siempre se puede decir toda la verdad o puede diferirse, porque la verdad siempre debe ser edificadora y no destructiva.

¿Cuándo se puede callar o diferir la manifestación de la verdad? Cuando un enfermo, por ejemplo, con motivo de su fuerte impresionabilidad, pudiera sufrir reacciones de desesperación y de rebelión frente a la manifestación dolorosa realidad: luego, es más prudente dejarlo tranquilo y callar o diferir la verdad..

Solamente realizando la verdad en nuestra vida, en pensamientos, palabras y obras, seremos hijos de la luz. El que obra la verdad viene a la luz (Jn 3,21). Al contrario, quien piensa contra la verdad, pierde poco a poco la lucidez y limpieza de la conciencia, haciéndose insensible a la escucha de los valores más altos de honradez y probada estatura moral.

No llegando a la verdad se llega a ser insincero consigo mismo primero, y con los demás, después. El demonio está efectivamente fuera de la verdad porque es “mentiroso y padre de  la mentira” (Rom. 1, 25). Es, desgraciadamente lo que sucede hoy cuando, como dice el Vaticano II: “El hombre se cuida poco de buscar la verdad y el bien” y “la conciencia se vuelve casi ciega a consecuencia de la costumbre del pecado” (GS 16).

Nota: Hace casi 2.000 años, la Verdad fue sometida a juicio y juzgada por gente que era adicta a las mentiras. De hecho, la Verdad enfrentó 6 juicios en menos de 1 día completo, 3 de los cuales fueron religiosos, y 3 fueron legales. Al final, pocas personas implicadas en esos acontecimientos podían responder a la pregunta, ¿Qué es la verdad?. Hoy, ¿conocemos qué es la Verdad?

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