viernes, 6 de agosto de 2021

VIVIR ES PROBLEMA...

 ¡Vivir con ética… es más difícil todavía!


Estamos obligados a elegir, pero no a acertar. Por eso es que necesitamos una brújula que nos guíe en el agitado y confuso mar de la vida. Eso es Ética afirma José Ramón Ayllón. 

La vida no se nos da diseñada y acabada como un vestido. Tenemos que vivirla…y esta tarea constituye un gran problema, dice Ignacio Larrañaga en “Sube Conmigo” p. 27 y  agrega: El hombre es el ser más inválido e indigente de la creación.

¡Perra vida!, normalmente es sinónimo de una mala vida o una rabiosa explicación, por parte de la gente que sufre mucho, su propia existencia. Pero al menos las personas pueden hablar, expresar lo que sienten y, a veces, hasta logran mejorar su vida.

Los demás seres -entre ellos los perros- no tienen problemas, porque viven programadosViven satisfechos en la naturaleza, sin los quebrantos que sufren los terrícolas. Viven “sin preocupaciones”, porque no envidian, ni desean tener más dinero o estatus. 

Luego, ignoran que no tienen libertad, no saben de frustración, estrés, desencanto, desamor o desilusión. Vivir, para ellos no supone ningún problema, porque ni saben que existen. ¡Al parecer, por el modo de actuar…hay terrícolas que no viven, solo existen! (Las piedras existen..no viven)

Pero, el hombre es un ser libre, con voluntad e inteligencia. Tiene conciencia de sí mismo. Es, autonomía en cuanto al ser. Decide, opta libremente. Es, autoconciencia, dueño de sus actos. Es, comunicación: Se comunica con los otros, consigo mismo y con Dios. 

Es, autotrascendencia, capaz de superar lo que “es”, sus propios límites, para vivir en la Eternidad su mejor vida. Si el hombre está en constante especie de guerra civil contra sus vicios, es por saber que su vida recién comienza con su muerte física. 

Vivir es un problema: porque el humano es ingrato, corrupto, violento, mentiroso, asesino. Lidiar con tales suciedades, es titánica tarea. Unos son rehenes del pasado. Otros, inquietos por el futuro, ignoran que el mañana, no existe como campo de acción. Si llega, será presente.

Tampoco falta quien hace depender su satisfacción, en el "qué dirán". Y nada digamos de quienes viven esclavos de la moda, y se desviven por poseer más y más, para que finalmente, sean poseídos por sus posesiones, es decir, convertirse en una cosa más entre sus cosas. 

Hay gente que sufre larga enfermedad, que plantea retos a la enferma y a sus allegados. También están aquellos viciados en alcohol, drogas y demás perversiones, causantes de graves problemas familiares y sociales. 

Vivir, entonces... ¡qué problema chamigo!. Pero, el arte de vivir, ¿significa vivir sin dilemas? No, vivir es solucionar problemas, lejos de la vana pretensión de que nunca existan tropiezos.  

Así, es vital que los problemas no nos aplasten. Los problemas se resuelven. El Evangelio nos recuerda que viviremos tiempos difíciles: de calamidad y castigo, situaciones de angustia y tribulación. ¿Acaso ya no lo estamos experimentando? Recordemos lo que el Maestro alertó: 

Serán perseguidos y puestos en la cárcel. Les llevarán ante jueces por causa mía. (…) Hasta parientes, hermanos y amigos les traicionarán, y matarán a algunos…les odiarán por mi causa. Pero ni un cabello se les caerá; si perseveran” (Lc. 21,12-19)

Si creemos que somos del Señor, el terror no tiene cabida en nosotros. El miedo será una actitud equivocada. Quien tiene esperanza vive de manera distinta de quien vive solo para comer, emborracharse y molestar al semejante. ¡Esta es la gran diferencia anguiru!

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