jueves, 9 de septiembre de 2010

DEBER vs PLACER

¡Qué aká rasy chamigo mí!


Estamos obligados a elegir, pero no a acertar, afirma José R. Ayllón, en su libro "Desfile de Modelos". Por eso es que necesitamos una brújula que nos guíe en el agitado y confuso mar de la vida. Porque la "vida buena" es muy fácil vivirla, no así, la "Buena Vida".
Luego, al hombre no le queda más remedio que diseñar un mundo habitable, algo que requiere elegir bien, para no acabar mal; respetar la realidad, respetarse a sí mismo; abrir los ojos y aprender a mirar; a superar la ley de la selva que vivimos en esta jungla de piedra; ya no ser "lobo" para el "otro"; practicar la sana convivencia; saber que el terreno está minado; estar dispuesto a sufrir las impertinencias de tantos gorilas con pantalones que habitan nuestra fauna, y demás etcéteras.
Tom Cruise dijo a aquel periodista (p. 24): "Vivo mejor con la conciencia tranquila que con una buena cuenta corriente". Pero, la conciencia tranquila, es legítimamente tranquila, sólo cuando aquella es limpia.
Se dice que Placer es estado afectivo agradable, unido a la satisfacción de un deseo o de una tendencia, al ejercicio armonioso de una actividad. Y Deber, lo que RAZÓN me dicta hacer. Y creo que éste tema es el problema.
Esta guerra interior de la razón contra las pasiones- dice aquel sabio- ha hecho que los que han querido vivir en paz hayan formado dos escuelas. Unos han querido renunciar a las pasiones y ser como "dioses"; otros han preferido renunciar a la razón y vivir como "bestias". Pero ni unos ni otros lo han conseguido. Y con frecuencia se han golpeado la cabeza contra el muro. ¿Cuántas bestias desfilan" en nuestra galería social hoy?
Actividad de pre-visión, visión previa que los romanos llamaron pro-videncia, deriva la palabra Prudencia: ver previamente, adelantarse a los acontecimientos, medir las consecuencias antes de obrar, verlas venir. Pero la Prudencia hay que conquistarla para vivir en sociedad (p33). .
"Al cuerpo sano no le conviene amputar la pierna, en cambio, amputar puede salvar la vida a un herido"...pero para qué esperar estar herido? ¿Por qué no pre-ver? Los jóvenes pueden ser muy inteligentes, pero no siempre prudentes, porque la prudencia es el dominio de lo particular, interior, al que sólo se llega por la experiencia. Y el joven no tiene experiencia, porque ésta se adquiere con la edad.
Por ello, no - pocos- adoptan conductas total y drásticamente contradictorias que atentan contra el deber, el sentido común, el respeto hacia las personas. (p.26)
¿Dónde está la "prudencia" de las autoridades, de los dueños de las estaciones de servicio que cobija a estos potenciales vándalos y también, dónde están los padres? Da la impresión que importa más a unos,vender alcohol, aun viendo que muchos de los que "aúllan" en la manada son menores. Y  otros, simplemente se hacen los ñembotavy.
Es hora que los mayores ayunemos de este grave pecado de omisión, y no esperar una sana juventud en el futuro si nadie hace algo por contrarrestar éste y otros males, producto de nuestra lacerante conducta posmoderna. Es prioritario para toda conciencia recta luchar por una juventud saludable, que ya es el presente.
Por tanto, necesario, conveniente y urgente es, que los padres, los profesores, las autoridades y todo hombre de bien, tomemos conciencia de esta grave responsabilidad, para que las buenas intenciones proclamadas en discursos aquí y allá, no sean sólo bellas palabras vacías de contenido.
La vida no es sólo placer, también es deber. Todos tenemos derechos y obligaciones. Vivamos,.entonces,, lo uno y lo otro. Con otras palabras, no dejemos que el "homo sentimentalis" aplaste al "homo sapiens". No dejemos que lo  irracional, mate a lo racional.

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