miércoles, 8 de septiembre de 2010

DERECHO NATURAL Y HOMONOMIO



¿Cuestión semántica?

"Toda ley a favor de los derechos de lesbianas y gays en cualquier parte del mundo es un avance en los derechos humanos", afirma la defensora de grupos de los derechos de lesbianas, gays, trans, bisexuales e intersex, Rosa Posa, (18.07.10, p.86 ABC). Asevera que hay que debatir "profundamente" sobre la institución del matrimonio en sí, tanto heterosexual como homosexual.
Como decíamos en el anterior artículo, la unión gay-lésbica es una situación de hecho antiguo, y nosotros decimos que sigan así por opción de su voluntad libre. Lo inaudito es que este tipo de pensamientos absurdos y minoritarios pretenden imponerse sobre lo mayoritariamente correcto y natural. O es que la verdad ¿radica en una minoría?
El hecho de que "siempre hubo perversión y descarrío" no significa que por ello debamos adoptarlas. Hitler autorizó la práctica de la eugenesia a favor de los "derechos humanos" para mejorar la raza y con esta diabólica locura, ha asesinado a millones de seres humanos. Otros pseudocientíficos, por medio de la biomedicina, están matando cientos de miles de embriones (personas humanas) con el cuento de que la ciencia lucha por descubrir mejores condiciones a favor de los humanos. ¡Tierna expresión, pero a qué costo!
El jueves 15.07.10 los senadores argentinos han sellado el día trágico para las familias de su país, al aprobar la ley antinatural, sólo para favorecer a un sector por cuestiones políticas. Ojalá que nuestra miope y desatinada "cámara de la vergüenza", al menos por una vez, rechace aprobar igual despropósito, que de seguro se viene encima de este pobre Paraguay enclenque y dolorido.
La Iglesia desde siempre ha resaltado y defendido el valor de la persona humana y el respeto a su dignidad. "Tanto es así que si en mi degradada existencia decido unirme en "matrimonio" con mi burra u otro animal de estimación, mi valor y dignidad como persona no será alterada, pero ello no significa que la sensatez aplauda mi equivocada decisión.
En síntesis, si yo me quiero prostituir, uniéndome a otro varón, allá "yo", pero luchar con tenacidad y a tambor batiente porque mis ideas sean impuestas a la sociedad, es una pretensión estúpida como faraónicamente absurda. Esta civilización "in-civilizada" está yendo vertiginosamente hacia el abismo de la nada, y si así seguimos en nombre de la "libertad y los derechos humanos", sólo resta preguntarnos: cuánto tiempo debemos esperar para que una nueva casta de atolondrados nos salgan con la historia de que quieren reivindicar sus ¡derecho a la pedofilia o peor aun, la zoofilia! Es peligroso recrear y transitar por terrenos de la Sodoma posmoderna.
Penosamente, no pocos políticos de moral liliputiense acompañan "pilatescamente" estos desvaríos, pero también, en un ignorante "progresismo" levantan su voz de "aliento-mal-aliento" ciertos periodistas y pedantescos profesores, que por indigencia espiritual, beben alelados la cicuta del irracional "relativismo" posmoderno, pues para ellos, todo es relativo. Así las cosas, les da igual haber nacido perro, chancho, vaca o en todo caso, haberse mutado en una "cosa" más, entre tantas cosas.
Al escribir estos artículos, no es mi intención luchar ingenuamente contra fantasma, ni disparar a mansalva en la oscura noche, sino más bien, seguir las sugerencias del maestro Núñez cuando dice, "lo primero que debemos hacer es ir al pueblo, a evangelizar su conciencia con verdad robusta y sincero amor de patria" porque así lo exigen la familia sanamente constituida, nuestra patria, nuestro Dios y mi conciencia.

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