jueves, 9 de septiembre de 2010

SOL- i - DAR -i - DAD



"Cruzar la calle ...."

No es novedad afirmar que el mundo posmoderno inyecta su eficaz "veneno individualista" en el individuo. Es dable, en consecuencia, concluir que somos nomás luego, individualistas, replegados sobre nuestro "yo" narcisista, cuya actitud básica es poseer, acaparar y reivindicar derechos, solamente.
Todo lo contrario al elevado concepto de Persona. Persona es la que se dona en la acción - don-acción. ¿Qué es una acción solidaria? Acción solidaria es sentirse cercano, próximo y al mismo nivel del "otro", afirma aquel amigo.
La persona que se solidariza no es inferior ni superior, sino igual a la "otra". La ayuda que se brinda puede ser grande y costosa, o, pequeña, pero faraónica, espiritualmente.
Un ejemplo ilustra la idea: "Cruzar la calle para saludar al vecino, interesarse por su salud, intercambiar palabras agradables y desearle un feliz día" ¡Pequeña acción, pero de gran valor!
Es verdad que cuesta abandonar la comodidad con que uno se encuentra en su casa, pero la pequeña privación que supone "cruzar la calle", es ampliamente superada por la satisfacción que produce el deber cumplido, más aun si la persona visitada es enferma o muy mayor.
Así las cosas, podemos decir con Brenda de Pedrazzi:
1º. La persona solidaria es SOL. La que ayuda y no lleva en cuenta si el destinatario es "peajero", contrabandista, macumbero o político haragán.; si la madre es ama de casa o prostituta. Ella cruza la calle porque el "otro" ser es alguien igual, con virtudes y con defectos. Ella, la persona, nunca se considera juez de nadie.
2º. La persona solidaria es DAR. Ella da y no lo hace buscando recompensa de quienes lo reciben ni de quienes pueden ver en ese gesto un acto de honor, es decir, la solidaridad nunca se "despedaza por sed de gloria", pues no desparrama por el cosmos su obra. La persona solidaria, lo es, por considerar la solidaridad un deber natural.
3º. La persona solidaria es DAD. Ella se dona por convicción. No solo "da". También "se da". No olvidemos que muchas veces "dar" es más fácil y cómodo que "darse", pues para muchos, "dar" dinero no es problema. ¿Cuántas veces no se habrá dado limosnas con desprecio y para quitarse de encima al maloliente pordiosero?
Es verdad que algún "acto bueno" que se realiza sin amor puede lograr el objetivo inmediato, pero también es verdad que, ese acto, es moralmente malo y no hace bien a ninguna de las partes.
El registro bíblico nos enseña: "Dad y se os dará" (Lc. 6:38). Esta reflexión me ha inspirado el hecho de saber que alguien muy cercano a mí, hace unos días, ha cruzado la calle para saludar a una vecina, dedicándole un poco de su tiempo y compartir su momentánea soledad. Ambas han quedado muy contentas.
No ha costado ni un guaraní cruzar la calle, sin embargo, sus frutos han sido la cercanía y satisfacción de haber gastado una porción de tiempo en una sabrosa relación interpersonal, tan necesaria para el relacionamiento humano.
La globalización negativa se contrapone a la solidaridad, pues roba tiempo. No deja tiempo. No hay tiempo para el otro. La llamada Globalización Negativa nos induce pertenecer sin condiciones a la "sociedad de masas". Esta nos iguala a nivel universal. Todos somos medianamente iguales y con eso, satisfechos estamos.
Y luego repetimos lo que oímos en los noticiarios. Absorbemos, creemos y defendemos lo que comentan los diarios, y todos decimos, hacemos lo mismo acerca de lo mismo, una y otra vez, hoy, mañana y pasado mañana. Y así formamos parte de este gran universo de muñecos.
SOL-i-DAR-i-DAD es una virtud que me propongo cultivar este año. Trataré de comenzar con poca cosa, al menos como "cruzar la calle..." más frecuentemente.
Bendecido año 2010.
| Viernes 29 Enero 2010 | 12:01Hs.

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