miércoles, 22 de septiembre de 2010

PAÍS del VYROREÍ


El representante apuñalando a sus representados

La Cámara de la vergüenza acaba de apuñalar, otra vez, a don Juan Pueblo. Importándole un pito el porcentaje más alto de la ciudadanía, han aprobado apartarse de las normas internacionales de salud contra el tabaquismo. Cuando todo el mundo combate a este terrorífico tabaco con leyes severas - Ñande Jeyma - gracias a orangutanes representantes, que en vez de otear el horizonte que señala el dedo, como saludables imbéciles que somos, nos hacen mirar estupidizados, el dedo.

Cada quien hace de su vida lo que quiere, en uso de su irresponsable libertad, así sea morir podrido por culpa del tabaco. Pero hay otros derechos y libertades: el de los no fumadores. Aquí entran nuestros perversos legisladores con síndrome de diocesillo, quienes deciden en ente caso, condenarnos a morir envenenados. ¿Qué comerciante expulsará de su negocio a un cliente? ¿Qué chofer prohibirá fumar dentro del colectivo? ¿Quién podrá prohibir fumar dentro de un hospital?

Cualquiera sabe que el consumo de cigarrillos mata a 5.000.000 de personas al año en el mundo. Y en nuestro, pobre, enfermo, dolorido y errante país, dos compatriotas mueren por día. Y el prócer de esta hazaña que presentó el proyecto a favor del cigarrillo y en nombre del pueblo es el médico, ex Ministro de Salud, hoy Senador, Dr. Julio César Velázquez.

Debido a estos errores y de cientos más, ¿cómo creer en muchos políticos, ayer parias, hoy representantes del pueblo? Nuestros representantes deben servirnos no solo con diligencia, sino también con juicio, y esta confianza depositada en ellos no debe ser sacrificado ni por ningún hombre ni por ninguna agrupación de hombres.

Ya lo decía Nicholas Murray en su discurso <Verdadera Democracia y la falsa – 23.03.1907> “El Parlamento no es un congreso de embajadores que representan intereses distintos y hostiles, los cuales cada cual debe apoyar como agente y defensor contra otros agentes y defensores: el parlamento es una asamblea deliberante de una sola nación, con un solo interés, que es el de la totalidad: en donde no deben servir de guía los fines ni las preocupaciones locales, grupales, sino el bien general, que resulta del discernimiento general del cuerpo deliberante en su conjunto>

Nosotros votamos un miembro, es verdad, pero una vez electo, ese miembro ya no es miembro de su grupo solamente, sino miembro del parlamento al servicio del país, es decir, cada representante ya no debe ser el instrumento servil y adulador de las juntas, ni de partidos, ni de grupos de intereses y mucho menos de la mafia

Basta de capataces y gamonales políticos, ladrones de esperanzas e hipotecadores de nuestro futuro. Votemos a personas capaces y emprendedoras, con decente trayectoria. Ya no más representantes que ultrajen y apuñalen a representados, es decir, al pueblo a quien dicen servir.

Volviendo al cigarrillo, quien escribe este artículo ha contaminado su cuerpo y el de otros por veinte años, y, aunque también hace veinte años sacudón una patada a este vicio, de solo pensarlo
me pena cuanto daño he hecho a terceros que nada tenían que ver con mi irresponsable libertad, al inundar rostros, bocas y pulmones con mi asqueroso vicio. Por tanto, ruego indulgencias para con este pobre pecador arrepentido.

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