viernes, 27 de octubre de 2017

LA MUJER

¡UN  PRIVILEGIO EN  EL  MUNDO!

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A favor de un sano feminismo. Hago mía las expresiones de Francisco Oliveira y Silva en su libro “Los Sexos”, p. 223: Estoy en contra del feminismo radicalizado y extremista, o “hembrismo”, que no es otra cosa que el “machismo” practicado por las mujeres.

Ambos términos son dos caras de una misma moneda, por ser la expresión de fanatismo y no comparto. Los seres humanos somos creados varón y mujer, destinados a vivir en armonía, paz y fructífera reciprocidad, nunca en lucha entre los sexos.

Critico crudamente el feminismo frenético y fanático que promueve la lucha de clases y que finalmente, atenta contra el sano feminismo. ¿Cómo se entiende el sano feminismo?

Se entiende por sano feminismo estimar y defender la igualdad total entre el hombre y la mujer a nivel personal y en los derechos humanos. Esto es, aceptar las diferencias individuales propias de su ser femenino, no como contradictorias, sino como complementarias.

“No podemos seguir aplicando al hombre y a la mujer la teoría trasnochada de lucha de clases como si fueran dos seres irreconciliables. El hombre y la mujer tienen la misma dignidad...creados para compartir y no para la guerra. Apliquemos estos principios en el hogar, la profesión, la sociedad y la Iglesia”

“Lejos de un machismo social y eclesial, seamos sanamente feministas, como Dios nuestro Padre y su Hijo Jesucristo, quien luchó por la incorporación de la mujer a todas las tareas de la Iglesia y de la sociedad”.

“Jesús era y es un gran amigo de la mujer y nadie como Jesús ha luchado a favor de la vida y en contra de la muerte”. Por eso, “ante el ejemplo positivo del Maestro, la Iglesia ha de seguir sus mejores tradiciones de sano feminismo, afirma el Cardenal Norberto Rivera-México.

En una sociedad en donde frecuentemente la mujer es marginada, su dignidad sometida, su feminidad comercializada (ej. Tv porno, disfrazado de entretenimiento) y donde su aporte de mujer no se reconoce, el feminismo tiene mucho que hacer. Y no con tilinguerías linguísticas como: “todos y todas, niños y niñas, algunos y algunas, discípulos y discípulas, miembros y miembras”.

Explicitar a la mujer gramaticalmente, y denigrarla sexualmente, es la conducta más cínica y villana que se pueda asumir en este tema, que nada tiene de "género" y todo tiene de "sexo". Apesta la actitud de estos hipócritas corifeos de la "igualdad". (cfr. F. Oliveira y Silva- Los sexos p. 62).

Varios pasajes evangélicos nos recuerdan que Cristo cura a la hemorroísa y resucita a la hija de Jairo y al hijo de la desconsolada viuda, libra de morir apedreada a la pecadora, es decir, Jesús es real amigo de la mujer y nadie como Él ha luchado tanto a favor de la vida y en contra de la muerte. A no olvidar, el cristianismo hace 2000 años ya reivindicó a la mujer.

En cambio, la radio, Tv y revistas pornográficas son algunos de los medios más eficaces para rebajar a la mujer, explotándola como símbolo sexual. La ropa indecente, drogas y alcohol destruyen la virtud y la vida misma. ¿Dónde están las feministas para defenderlas?

¡Qué bendición tan grande es tener una esposa amada, y que ame! Una buena mamá, con grandes ideales, que cree en Dios y ayudar a sus hijos a aceptar y vivir las enseñanzas de Cristo. ¡La mujer es un privilegio en el mundo por generar vida!

Algunos hombres todavía se engañan al creer que la mujer pertenece al sexo débil. Tal vez físicamente lo sea. Pero quienes perdimos hace tiempo ya la soltería, sabemos que son mucho más fuertes en lo espiritual, en lo moral, en lo religioso y en la fe.

También experimentamos -en general- que las mujeres están dispuestas a sacrificarse más que los hombres; son más pacientes en el sufrimiento y más persistentes en sus plegarias, igualan, y a veces superan a los hombres en buen humor, caridad y fe.

Por eso, la Iglesia (que somos los bautizados) debe estar, como su Señor y Maestro, cercana a toda mujer, ya que sin ella (como María) será más difícil humanizar los procesos de cambio que todos decimos anhelar.

Finalmente, está muy bien defender la flora...las ballenas, los jacarés y demás animales en vías de extinción; los ríos y arroyos…pero también y con mayor razón, la vida del hombre en su integridad desde el seno materno.

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