sábado, 21 de octubre de 2017

COMO DI, DAD:

¡¡LA CLAVE PARA UN NUEVO MUNDO!!

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Hace más de diez años, un amigo me hizo llegar esta curiosa reflexión. Hoy, quiero dedicarla a los servidores de la parroquia San Lucas, quienes con tanto ahínco y predisposición vienen trabajado por la comunidad. El comentario dice así:

“Un día, un hombre sabio y piadoso clamó al cielo por una respuesta. El hombre aquel encabezaba un grupo de misioneros que oraban por la paz del mundo, para lograr que las fronteras no existieran y que toda la gente viviera feliz.

La pregunta que hacían era: ¿Cuál es la clave, Señor, para que el mundo viva en armonía?
Entonces, los cielos se abrieron y después de un magnífico estruendo, la voz de Dios les dijo: "COMODIDAD".

Los misioneros se miraban sorprendidos y extrañados al escuchar tal afirmación del mismo Dios. El hombre sabio y piadoso preguntó de nuevo: ¿Comodidad Señor?, ¿qué quieres decir con eso?.

Dios respondió: "No habéis entendido porque interpretáis muy rápido. La clave para un mundo nuevo y feliz ya os la di una vez por todas con el ejemplo de mi vida y mi muerte: Como di, dad, esperanza; como di, da caridad; como di, dad entrega al servicio de los demás.

Como di, dad ayuden sin límites, sin  pensar en obtener recompensas. Simplemente dad como lo hizo el Señor Jesús, quien afirmo: No vine para ser servido, sino para servir. Y hemos de seguir su ejemplo… porque el discípulo no es más que el maestro (Mt. 10,24)

Sigamos entonces esta clave: “El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me  consagrado para llevar la buena noticia a los pobres; me ha enviado a anunciar libertad a los presos y dar vista a los ciegos; a poner en libertad a los oprimidos; a anunciar el año favorable del Señor.” (Lc 4,18-19)

Si seguimos las enseñanzas del maestro, el mundo será diferente, es decir, así como yo entregué mi vida al Padre por todos, entreguen también ustedes. Sigamos la clave de Cristo: ¡COMO DÍ, DAD!

Algunas preguntas para responder: ¿Soy lo suficientemente fiel en las cosas pequeñas que me toca hacer (ayudar en mi hogar, en mi parroquia o en donde me piden colaborar, humillarme un poquito al tomar una escoba para barrer, pelar mandioca, limpiar los sanitarios…ser amable con los demás y tratar de vivir lo que el domingo predico o escucho?

¿Soy el personaje más importante de mi historia o es Jesús el protagonista de mi historia personal, familiar y profesional? ¿Creo que Dios piensa en mí con cariño desde siempre y todos los días o me considero dueño y señor de mis actos sin tener nada que ofrecer al otro y al bien común?

Me parece que estas preguntas, en el caso que nos ocupa, son respondidas sin hablar, porque a nadie de los parroquianos se los forzó para donarse en la acción por llevar adelante la fiesta en honor a San Lucas, nuestro santo Patrono (18.10.17).

Pienso que el arduo trabajo de varios días (antes, durante y después) finalmente probó ser una de las aventuras más hermosas y gratificantes (se notaba) que los servidores vivieron al lado de San Lucas, una tarea que ayuda a alegrar un pedacito del corazón, de cada servidor en las distintas tareas.

Hoy el mundo necesita muchos servidores y muchos apóstoles que no actúen en nombre propio, sino que estén movidos por el mismo amor de nuestro Padre que llegó incluso a dar a su único Hijo para que en Él todos tuviéramos vida y vida en abundancia.

¡Congratulaciones a grupos y movimientos que conforman la comunidad de San Lucas por el faraónico servicio de su gente!, porque <COMO DI, DAD: ES LA CLAVE PARA UN NUEVO MUNDO> 

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