miércoles, 25 de octubre de 2017

CACOFONÍA: (ÑE`È VAÎ)

¡¡GUSTO  DEL  FEO  HABLAR!!

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Estoy total y absolutamente de acuerdo con la igualdad de derecho para todos los humanos. Soy contra todo tipo de discriminación en cualquiera de sus formas. Pero, con la misma fuerza y convicción digo que no es rompiendo la gramática que va lograrse la equidad.

Creer que, con el cambio de signos y vocablos, se podrá logar la “equidad” entre ambos sexos, es tan insensato como pretender “curar un pie enfermo poniéndole un zapato nuevo”, empleando un ejemplo de Jaime Barilko…dice Francisco de Oliveira y Silva, en su libro “Los Sexos, una trampa mortal de la nueva era", p.12.

La Real Academia de la Lengua define cacofonía como “Repetición de un sonido dentro de una frase o palabra, que produce un sonido desagradable”

Se lee en “Los Sexos” p 40: Veamos lo ridículo que sería escuchar que alguien hablase así: “Queridos correligionarios y queridas correligionarias: espero que este anuncio les deje contentos y contentas. Todos los jubilados y todas las jubiladas inscritos e inscritas en los padrones de nuestro, partido serán beneficiados y beneficiadas con un aumento en sus cobros mensuales.

Pero, tanto los jubilados como las jubiladas se presentarán a las ventanillas ellos mismos y ellas mismas, pues no se abonarán haberes a ningún gestor o gestora de ellos ni de ellas. Esperando que este anuncio les haya dejado satisfechos y satisfechas a todos y a todas, les pido que estén atentos y atentas a lo siguiente…

Los diputados y diputadas, los gobernadores y gobernadoras, los intendentes y las intendentas, en fin, los miembros y miembras de cualquier entidad política, quedarán obligados y obligadas a convertirse en colaboradores y colaboradoras del crecimiento numérico de nuestros afiliados y afiliadas…”

El masculino genérico es el recurso aceptado por la RAE y por la mayoría de los lingüistas para designar a grupos de hombres y mujeres. "Los estudiantes", "los profesores", "los niños", "los jugadores" (…) Así, reclaman utilizar dobleces para visibilizar al género femenino: "Los niños y las niñas", "los profesores y las profesoras".

La RAE se muestra contraria a tal uso. Este tipo de desdoblamientos son artificiosos e innecesarios desde el punto de vista lingüístico. En los sustantivos que designan seres animados existe la posibilidad del uso genérico del masculino para designar la clase, es decir, a todos los individuos de la especie, sin distinción de sexos: Todos los ciudadanos mayores de edad tienen derecho a voto.

La mención explícita del femenino solo se justifica cuando la oposición de sexos es relevante en el contexto: El desarrollo evolutivo es similar en los niños y las niñas de esa edad. La actual tendencia al desdoblamiento indiscriminado del sustantivo en su forma masculina y femenina va contra el principio de economía del lenguaje y se funda en razones extralingüísticas. Por tanto, deben evitarse estas repeticiones.

El lenguaje es natural y fluye. "Creo que se puede usar el lenguaje no sexista para señalar una realidad, pero el lenguaje no cambiará nada si no cambia la sociedad", opina la filóloga Carmen Escobar.
  
Si seguimos con esta colosal tarea de destrozar la lengua -para muchos el “nuevo becerro de oro”, porque se creen “progres y actualizados”… ¿que nos impide salir con otra tilinguería y decir: “las personas y los personos”, porque, dependiendo del género tendrían miembros inferiores (piernos), y miembras inferiores (piernas)?. ¡Ajepa ñande rovatavy anguirù!

Además, siguiendo con esta enfermiza ideología, ¿porqué no afirmaríamos que las mujeres tienen uñas, y los hombres uños? A mi parecer es una verdadera estupidez que se discuta sobre estos temas con tanta vehemencia, dice Sergio Estrada el 29.01.16.

"Habría que recordar que muchos de los femeninos que hoy utilizamos con naturalidad no existían en los orígenes de nuestro idioma", señala María Márquez, profesora en el Departamento de Lengua española de la Universidad de Sevilla y autora de "Género gramatical y discurso sexista".

No caigamos en lo ridículo por querer ser diferentes. Finalmente, cada quien tiene libertad (no derecho) de hacer lo que quiere. Ya es sacrilegio "emperrarnos" en ser ignorantes…pero si todavía agregamos estupidez...? Dejemos esta verborragia del trasnochado y talibanesco socialismo del S. XXI, a políticos, a "ñembo educadores filisteos de la educación" y pseudoperiodistas apocados e ignorantes. Si ya no hablamos bien, al menos, no hagamos titánicos esfuerzos por hablar mal.

Me despido con un hasta luego o con hasta luega, dependiendo sel sexo  usted me entiende…¿no?

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