¡POR SU BUENA
GENTE!
Verdad es que padecemos de graves problemas en casi todos los órdenes, pero, descolgado de aquella consabida verdad que reza: “No existe el mal absoluto”, es que en justicia, quiero referirme a lo bueno que tiene mi patria.
Los paraguayos todavía somos muy hospitalarios,
a veces, hasta el extremo. El mandato evangélico de acoger al prójimo,
traducido en el “a buen tiempo chamigo”, en gran parte, aun sigue vigente. Es, contra este tiempo de desconfianza y sospecha, lo mejor de
Paraguay.
“Cuando reciben visita, se ocupan de que
te sientas bien, que no te aburras. Tratan de agradarte, te abren su casa y te
presentan a su familia, te invitan a tereré y si la ocasión permite…hasta a un
asado. Se desviven porque pases una estancia agradable (…)
A pesar de ser un país pequeño, tiene personas valientes. "Nos encanta cómo se mantiene su cultura
y su idioma", dice la pareja que vino por un periodo corto de
tiempo, pero que luego decidió quedarse y hacer de Paraguay su hogar”.
El maestro
Secundino Núñez expresaba: "Difícilmente se podrá encontrar en esta vida una
realidad tan admirable y valiosa como una persona sincera, trabajadora y
honesta. En el mundo de hoy día, la moral no tiene donde reposar la cabeza: porque no hay
libertad en el hombre o porque la razón humana es incapaz de
hallar reglas morales claras y seguras.
A pesar de estas oscuridades y muchos reveses de la vida, el hombre sigue caminando a la luz de Dios creador que acompaña al mundo como una roca indefectible de segurísima esperanza. Es hora, entonces, de lavarnos la cabeza de tantas ideologías errabundas, para meter nosotros el buen juicio, de volver a la casa paterna, como hizo el hijo pródigo. (Lucas 15,11).
Dentro y fuera
de nosotros, hay malignas aves de rapiña que no buscan sino perdernos. Por eso,
es muy necesario asentar la cabeza en la verdad del hombre y en la verdad de
Dios. (Y el hombre paraguayo, por su bien, todavía, es profundamente
religioso).
Muchos suelen
decir que hoy día ya no hay varón o mujer de personalidad tan cultivada. Poca
gente, en efecto, busca hoy día un talante de vida distinguida; nos abandonamos
más bien a lo plebeyo y nos acomodamos a lo común y corriente
vulgarizado".
Es muy oportuno recordar ahora lo que dice Génesis 18, 23-32: “Y Abraham se acercó, y dijo: ¿En verdad destruirás al justo junto con el impío?. Tal vez haya cincuenta justos dentro de la ciudad; ¿en verdad la destruirás y no perdonarás el lugar por amor a los cincuenta justos que hay en ella?
Lejos de ti hacer
tal cosa: matar al justo con el impío, de modo que el justo y el impío sean
tratados de la misma manera. ¡Lejos de ti! El Juez de toda la tierra, ¿no hará
justicia? Entonces el
SEÑOR dijo: Si hallo en Sodoma cincuenta justos dentro de la ciudad, perdonaré
a todo el lugar por consideración a ellos.
Y Abraham
respondió, y dijo: He aquí, ahora me he atrevido a hablar al Señor, yo que soy
polvo y ceniza. Tal vez falten cinco para los cincuenta justos,
¿destruirás por los cinco a toda la ciudad? Y Él respondió: No la destruiré si
hallo allí cuarenta y cinco.
Abraham le habló
de nuevo, y dijo: Tal vez se hallen allí cuarenta. Y Él respondió: No lo haré,
por consideración a los cuarenta. Entonces Abraham dijo: No se enoje ahora
el Señor, y hablaré; tal vez se hallen allí treinta. Y Él respondió: No lo haré
si hallo allí treinta.
Y Abraham dijo:
He aquí, ahora me he atrevido a hablar al Señor; tal vez se hallen allí veinte.
Y Él respondió: No la destruiré por consideración a los veinte. Entonces
dijo Abraham: No se enoje ahora el Señor, y hablaré sólo esta vez; tal vez se
hallen allí diez. Y Él respondió: No la destruiré por consideración a los diez”
Felizmente, a
pesar de competir con "Sodoma y Gomorra", aquí en Paraguay, somos muchos... más que
diez (periodistas, papás, mamás, profesores, empresarios, estudiantes, jóvenes...) que luchamos contra nuestras humanas debilidades y ser justos. Por ello, mi país es bello, bravo y bendecido.
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