“POBRE MUNDO MODERNO”
Dice la publicación: Poco después de obtener el premio Nobel por sus investigaciones en el campo de la neurocirugía, John Eccles escribía estas reveladoras palabras:
«Una insidia perniciosa surge de la pretensión de algunos científicos, incluso eminentes, de que la ciencia proporcionará pronto una explicación completa de todos los fenómenos del mundo natural…: no sólo de las percepciones y experiencias acerca de la belleza, sino también de nuestros pensamientos, imaginaciones, sueños, emociones y creencias (...).
Esta
extravagante y falsa pretensión ha sido calificada irónicamente por Popper como
"materialismo promisorio". Es importante reconocer que, aunque un
científico pueda formular esta pretensión, no actúa entonces como científico, sino
como un profeta enmascarado de científico. Eso es cientifismo, no ciencia, pero
impresiona fuertemente al profano, convencido de que la ciencia suministra la
verdad.
Por el
contrario, el científico no debe pretender que posee un conocimiento cierto de
toda la verdad. Lo más que podemos hacer los científicos es aproximarnos más de
cerca a un entendimiento verdadero de los fenómenos naturales mediante la
eliminación de errores en nuestras hipótesis. Es de la mayor importancia para
los científicos que aparezcan ante el público como lo que realmente son:
humildes buscadores de la verdad». (José R. Ayllón En Torno al hombre, p.23)
La ciencia tecnológica precisamente, nos
llega esta información: “Inscribieron al primer bebé del mundo con género
desconocido o indeterminado. Se trata de un infante de ocho meses nacido en
Canadá. En su tarjeta de salud figura con sexo “no asignado”: 04.07.2017.
Se llama Searyl Atli, y ahora tiene 8 meses de edad. Los padres
lo inscribieron en el registro canadiense, y en su tarjeta optaron
por la opción “U” (undetermined / no determinado) en la casilla de
“género”, es decir “Indeterminado” o “desconocido”.
El padre del bebé, Kory
Doti, tampoco se identifica como hombre o mujer y
prefiere usar el pronombre “elle”.
Quiere mantener sin género al niño hasta que
bebé tenga “conciencia de sí mismo y domine el
vocabulario para que pueda decidir quién es”.
El papá de la criatura comentó
que: “sé que es un bebé y trato de darle todo el
amor y apoyo que puedo para que se convierta en una persona más completa
de lo que hubiera sido bajo las restricciones que implica ser catalogado como
niño o niña”.
"Depende de Searyl el decidir cómo
se identificará, cuando tenga la edad suficiente para desarrollar su propia
identidad de género", aseguró Doty en el comunicado. "No voy a
obstaculizar su elección por una asignación arbitraria de género al nacer
basada en una inspección de sus genitales".
Añadió: “Cuando nací, los médicos miraron mis
genitales e hicieron suposiciones sobre quién era, y esas asignaciones me
persiguieron e identificaron durante toda mi vida. Esas suposiciones eran
incorrectas y desde entonces tuve que hacer muchos cambios”.
El padre argumenta que "requerir un
marcador de género" viola los derechos del bebé "como ciudadano
canadiense a la vida, la libertad y la seguridad personal". "Quiero
que mi hijo tenga todo el espacio para ser la persona más completa e íntegra
que pueda ser", aseguró Doty.
La visión del grupo, declarada en
su sitio web, es "eliminar todas las designaciones de género o sexo de los
documentos de identidad".
Dadas las colosales disparatadas y
atentados contra el sentido común, ¿Tenemos que dar la razón al célebre
escritor español Francisco de Quevedo cuando escribió: “Todos los que parecen estúpidos
lo son y, además, también lo son la mitad de los que no lo parecen”?.
Rodeada por los avances
tecnológicos más asombrosos, la mitad de la humanidad ha sufrido también medio
siglo largo de totalitarismo comunista, un sistema calificado como la más
grande empresa carcelaria de toda la Historia.
Podríamos
escribir durante horas cómo son nuestros amigos o las ciudades que conocemos.
Pero ¿qué podríamos decir si nos preguntan qué significa ser hombre? El hecho
de ser hombre es, para el hombre, cuestión más que problemática.
No existen preguntas más profundas, y de su respuesta dependerá el personal modo de ser, de obrar y de entender la vida. Vernos como hijos de un Ser Creador no es lo mismo que vernos como evolucionados hijos del mono: la diferencia es radical. (cfr. Ayllón p.14)
Por eso, no reprocho y repito una y otra vez lo afirmado por William Sahakespeare: "Lloramos al nacer porque venimos a este
inmenso escenario de dementes"
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