martes, 1 de marzo de 2016

LA VIDA…

"VIVIENDA  CON PLANTA  BAJA   y  TRES PISOS"   (II)

El primer piso. La persona, además de cuerpo, es también, inteligencia, razón, cultura, ciencia, progreso técnico. La vida intelectual se desarrolla en las escuelas, colegios y universidades. (No hay escuelas, colegios, universidades para animales irracionales. Ni bibliotecas, centros culturales ni artísticos.

Estudiar es siempre, y sobre todo hoy, una necesidad. Uno tiene que aprender. Los pájaros cantan. No tienen necesidad de aprender. Hace nidos sin aprendizaje. Se comunican sin aprendizaje. Nosotros tenemos que estudiar y aprender. Aprender... ¿qué es?

Es el proceso por el cual el saber aumenta a través del estudio; y la conducta cambia como resultado de la experiencia y enseñanza. Aprender es proporcionarse instrucción. La instrucción es un aprendizaje de tipo intelectual. Desarrolla las llamadas aptitudes. Aptitud es una disposición para lograr cierta competencia en un campo dado. Todo niño nace con un potencial psíquico, intelectual, afectivo, espiritual que le es propio.

El perfeccionamiento de su ser procede de la realización de este potencial. Sólo de esta manera llegará el niño a ser persona.  Dicen los entendidos que el niño realiza apenas una décima parte de sus posibilidades. Tenemos en forma de semilla una belleza, una nobleza, un arte que corren el riesgo de nunca darse a conocer.

La vida intelectual nos permite entrar en la cultura, comprendida según sus dos sentidos: a) el cultivo del espíritu y b) una manera social de ser y de vivir. Una persona culta es alguien que sabe muchas cosas, con sus componentes afectivos, éticos, prácticos, artísticos.

Una persona culta coincide con lo bueno de su país, tiene una manera de relacionarse con Dios y los semejantes, está abierto al arte, al folklore, a la historia, a la política. Es que, en materia de saber y de técnica, somos herederos. Vivimos de la herencia de quienes nos han precedido. En este sentido, la cultura es el patrimonio de un país. De ahí la importancia de la lectura y de la memoria.

El hombre es un ser perfectible, se ha dicho. Es perfectible porque es un ser inacabado, porque su espiritualidad le permite engrandecerse; porque su inteligencia le posibilita estudiar, porque es artífice de su propia biografía. De su “propio destino”, dirá José Ingenieros.

El cerebro –afirma la ciencia - tiene posibilidades casi ilimitadas…contiene alrededor entre cincuenta y cien mil millones de células nerviosas, llamada neuronas. Cada una de estas treinta mil millones de neuronas están conectadas a otras diez mil, y muchas de ellas tienen más de cincuenta mil conexiones. Las posibilidades de memorización del cerebro humano son casi ilimitadas.

Así las cosas, la inteligencia no es el resultado de fuerzas naturales sin sentido, ya qué ¿cómo podría el sin sentido producir inteligencia o inclusive la genialidad?  Los cristianos no deben sorprenderse, como lo están los evolucionistas, al encontrar muchos ejemplos de destrezas en el mundo animal y la inteligencia ingente en el hombre, porque ella, es el regalo de Dios Creador para sus criaturas.

Recordemos que todos nosotros, por ser personas creadas a imagen y semejanza de Dios, tenemos inteligencia, voluntad y libertad. Esas son las herramientas que Dios ha querido darnos para parecernos a Él. 

Y la inteligencia brota del amor de Dios. El peor enemigo del hombre es la ignorancia. La inteligencia induce a la voluntad y libertad a la libertad de escoger el bien o el mal. La inteligencia, decide aceptarlas o rechazarlas. 

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