lunes, 28 de marzo de 2016

JURAMENTO HIPOCRÁTICO...

¿O "JURAMENTO HIPÓCRITA"?

Cualquier persona medianamente instruida sabe, algo al menos, sobre el Juramento Hipocrático: “Compromiso ético y profesional del ejercicio médico”. Hipócrates, llamado el padre de la medicina, tenía como precepto médico la famosa frase de su autoría “Que tu alimento sea tu medicina y que tu medicina sea tu alimento”, que - en general, dígase de paso, al parecer– hoy ya no rige.

También dijo: “Natura morborum medicatrix” (la naturaleza cura las enfermedades). Se lo consideró como la máxima autoridad durante siglos. La medicina del genial Hipócrates, propiciaba la utilización de los agentes naturales, como la alimentación, el agua, el ayuno, los ejercicios, etc… sus ideas no han dejado de tener validez, a pesar de los años.

Parte del juramento dice: “Juro cumplir  (… ) el siguiente juramento: “Estimaré como a mis padres a aquél que me enseñó este arte, haré vida común con él, y si es necesario partiré con él mis bienes (…) Aplicaré los regímenes en bien de los enfermos y nunca para mal de nadie. No daré a nadie por complacencia un remedio mortal o un consejo que lo induzca a su pérdida. Tampoco daré a una mujer un pesario que pueda dañar la vida de un feto (…)

En cualquier casa que entre haré el bien a los enfermos, evitando todo daño voluntario y toda corrupción, absteniéndome del placer del amor con las mujeres y los hombres…Todo lo que viere u oyere en el ejercicio de la profesión y que no deba divulgarse, lo conservaré como secreto…Si cumplo íntegramente este juramento, que pueda gozar dichosamente de mi vida y disfrutar perenne gloria entre los hombres. Si lo quebranto, que me suceda lo contrario”.

Ciertamente, hay médicos honorables, capaces que cumplen con el juramento hipocrático, sin embargo cada día está más presente en los hospitales públicos y centros privados la falta de humanidad de muchos médicos, que llegan al extremo de indicar procedimientos a pacientes sin necesidad, con el agravante de que la gente de escasos recursos no tiene capacidad para discernir, ni la posibilidad de tener una segunda opinión. (Queja de un oyente al Programa radial “Sembrando Valores” 101.3 FM).

Es penoso que un gremio médico diga que no acepta sanciones, antes que dejar que se haga una investigación que determine responsabilidades, en  caso de probable mala praxis. También es cierto que muchos de nuestros centros carecen de las más elementales condiciones para tratar a un enfermo, pero es verdad también que las medicinas en los hospitales no roban los pacientes. Hay que revisar el sistema de salud de arriba abajo, y deponer  malas actitudes si queremos un mejor país, para borrar del imaginario colectivo aquel refrán: “entre bomberos no se pisan la manguera”.

Un caso: “Cuestionado profesor de Medicina atropella a estudiante: Un grupo de estudiantes de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de Asunción fue a manifestarse frente a la casa del cuestionado Juan Gustavo Rodríguez Andersen, director, de Investigaciones de la Facultad, para exigirle su renuncia. Cuando este se percató de lo que intentaban hacer los jóvenes se dio a la fuga y atropelló a uno de los estudiantes”. (Últimahora.com 24.10.15).

Otro caso: “Sin asistir a clases ni rendir examen recibieron títulos de especialización. Una sorpresa mayúscula se llevaron los alumnos de una especialización realizada por la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de Asunción al toparse con que dos compañeros a los que no habían visto ni en clases ni durante los exámenes figuraban entre los que recibirían el título durante la graduación”. (Ultimahora.com 08.10.15)

“La medicina actual está concebida para que la gente permanezca enferma el mayor tiempo posible y compre fármacos; si es posible, toda la vida”, dice entre otros, la Dra. Ghislaine Lanctôt, médico residente en Canadá, a la que se le retiró la licencia para ejercer por oponerse a las manipulaciones de los multinacionales “farmafiosas” y denunciar todos estos atropellos.

Por mi parte, a pesar de lo negativo que se escucha aquí y allá, abogo porque la salud no sea un negocio, sino, una medicina sana, de manos de médicos competentes y honestos. Confío en nuestros estudiantes de Medicina.  Porque, ¡Quien esté libre de pecado, arroje la primera piedra!. 

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