Es común decir o
escuchar: “Respeto tus ideas…pero no estoy de acuerdo contigo”. Luego, no
es verdad absoluta tal afirmación. Hay ideas y opiniones que merecen condena.
Debe respetarse la
vida, la dignidad y la libertad de las personas, porque toda persona es respetable,
lo mismo que sus derechos. Salvado esto, parece que hay otras cosas que no
tienen por qué ser necesariamente respetables.
Pero en el fuero
interno, en el plano de la conciencia…podemos y debemos declarar que, hay cosas
que no sólo no merecen aprobarlo, según Nolbert
Bilbeny, profesor de ética -Universidad de Barcelona-España.
Diferenciemos: el
respeto moral se aprueba; el legal, sólo se acata. Imaginemos esta idea: “la pedofilia
y la esclavitud son respetables”. Aunque por ley tengan vigencia, nunca
será respetable, ningún acto que atente contra la dignidad humana.
Cristian David Molina Cruz, filósofo y docente
dice: que
para que una opinión sea correcta es necesario que se presente suficiente
evidencia a su favor, de lo contrario, la opinión será falsa, incorrecta o sin sustento.
Vivimos en la tiranía de la estupidez, sufrimos la democratización del vyroreí,
el mal gusto, la frivolidad y masificación de la intolerancia. Padecemos la
democratización de la tontería. Sufrimos la ignorancia y el
mal gusto.
Una cosa es la opinión personal que alguien tenga sobre alguna cuestión. Es respetable en el sentido de que nadie tiene derecho a discriminarlo por sus puntos de vista, y otra muy diferente, que dichas opiniones sean correctas, válidas y aceptables.
Una cosa es la opinión personal que alguien tenga sobre alguna cuestión. Es respetable en el sentido de que nadie tiene derecho a discriminarlo por sus puntos de vista, y otra muy diferente, que dichas opiniones sean correctas, válidas y aceptables.
Dice aquel profesor de Teología: Se respeta la dignidad de la persona. Enseña la Ética que la dignidad moral deriva de la naturaleza de ser personas, que tenemos por el sólo hecho de ser, de existir. La persona es valiosa por su dignidad.
Así, tanto Teresa de Calcuta como Hitler tienen la misma dignidad
personal, aunque no la misma dignidad moral. Como
personas son igualmente respetables pero moralmente, la segunda es condenable. Por
ello, se respeta a la persona, no siempre a las ideas.
La persona es una novedad absoluta. Es aquel ser que puede decidir quién quiere ser más allá de sus limitaciones biológicas, psíquicas o sociales. Cada ser humano es libre de construirse o destruirse.
Por consiguiente, el “Respeto tus ideas…pero no estoy de acuerdo contigo”, debemos sustituirlo por el “Estoy de acuerdo contigo, no con tus ideas”.
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