Al cumplir 13 añitos la página “MI ESPACIO ACADÉMICO”, me sorprende
gratamente el hecho de que se hayan interesado en comentar algunos de los
artículos publicados.
Esta aventura se inició cuando fui invitado
- a instancia de un diario de circulación nacional - a expresar algunas ideas sobre
la “situación actual de nuestro tiempo”, lo que suponía gran desafío, habida
cuenta que tal cometido superaba mi capacidad de análisis.
Y, confesé que con
el agriado malhumor que me caracteriza, mis opiniones no serían del agrado de
los lectores del periódico. Pero animado por los compañeros, acepté el desafío
con acierto y errores, con más errores que aciertos.
Así las cosas, a
la fecha, son más de mil doscientos artículos dispersados por las anchas y
veloces avenidas de internet. Me gustaría hacerlo mejor, pero soy consciente de
no estar a la altura intelectual para satisfacer las expectativas de los lectores.
Ya alguien lo dijo: Desde muy chiquitos
nos enseñan la importancia de decir gracias. Y aunque crecemos con esta
enseñanza, pocas veces practicamos el valor de la gratitud como debiéramos.
¿Nos preguntamos
alguna vez qué tan agradecidos somos?... Generalmente nos limitamos a dar las
gracias cuando nos regalan, nos ceden el asiento o nos abren la puerta. Pero en
la vida hay muchas cosas más por agradecer.
Ser agradecidos, además de ser beneficioso para nosotros mismos, también lo es para las personas que nos rodean. Aunque en ocasiones, nos dificulten manifestar gratitud, con un poco más de esfuerzo y actitud positiva podemos lograrlo.
Curiosamente,
vemos sólo lo negativo, porque son los aspectos de mayor impacto en nosotros, o
sólo vemos cuando nos suceden cosas “espectaculares” por la misma razón.
Dice el papa
Francisco: Dios no nos ha llamado a la vida para estar oprimido, sino para ser
libres y vivir con gratitud, obedeciendo con alegría a Aquel que nos ha dado
tanto, infinitamente más de lo que nosotros podremos darle.
Afirman que, los agradecidos
difícilmente sufren de sentimientos
negativos como el resentimiento y la envidia. Sienten gratitud,
precisamente porque eligen ver lo mejor de las personas y guardarlo en la
memoria.
También son más generosos, porque reconocen
que la ayuda mutua es
un valor y por eso son capaces de apreciar la ayuda que reciben, y están
dispuestos a ayudar a otros. Por eso, la gratitud es una virtud que adornan
a los mejores.
Gratitud es rasgo característico del
corazón visitado por el Espíritu Santo. San Basilio dice: "Quien
no deja que esos beneficios caigan en el olvido, está orientado hacia la buena
virtud y hacia toda obra de la justicia"
Por eso y por tantas cosas más, es que
digo a los lectores de “MI ESPACIO”: ¡¡¡SIMPLEMENTE…GRACIAS!!!
No hay comentarios:
Publicar un comentario