·
¿ARTE
DE POLÍTICOS?
No es raro escuchar decir que: no siempre es “prudente” decir toda la verdad. La mentira política se vive en todos los sistemas y en todos los países. El político miente como podemos mentir todos. Pero, la mentira política tiene efectos más devastadores porque se miente a toda una sociedad.
La mentira y la política (insana) son
muy “amigas”, son compañeras de viaje y no se estorban. Se miente una y otra
vez para conseguir el objetivo. Siempre hay un punto de verdad que esconda la
mentira. Por eso el dicho: no hay peor mentiras que las medias verdades. La
mentira crea desconfianza, distanciamiento, desasosiego. Un mentiroso en
política daña gravemente.
¿Por qué a la mayoría de los políticos les cuesta tanto
decir la verdad?. Cuando hacen campaña se presentan como abnegados servidores públicos, pero se
cuidan de ocultar sus verdaderos intereses
mundanos. Utilizan la
mentira y la promesa como estrategia.
Hay que poner un límite a la mentira
política. El que mejor y con más eficacia se dedicó a combatir la mentira
política fue el presidente A. Lincoln.
Su célebre frase sobre la mentira política todavía resuena en los gobiernos y
parlamentos de todo el mundo:
“Es
posible engañar a unos pocos todo el tiempo. Es posible engañar a todos un
tiempo. Pero no es posible engañar a todos todo el tiempo”.
¿Por qué mienten los
políticos?. Los
acontecimientos negativos están a la vista de todos. Basta leer la prensa diaria, oír los informativos de
la radio o de la tele, comentarios de todos los colores y pelajes. No hay necesidad
de demostrarlo. Todos sabemos de sobra.
Pero lo más
triste es que a pesar de todo, es el hecho de vivir auto engañados. Y como si nada, la política del
engaño y la mentira va en aumento a una velocidad de bólido. Sin darnos cuenta
– o peor, aún advirtiéndolo -, cada día tenemos menos derechos, ganamos menos, sobrevivimos
más inseguros, la salud funciona peor, la educación es más deficiente. Y como
si fuera poco, nos dicen que estamos avanzando...¿hacia dónde?.
Repugnantes
noticias es nuestro menú de cada día. Asquerosos casos de corrupción,
ejecutados impunemente y con guante blanco por quienes todos los días nos dicen
que tienen la conciencia tranquila
y las manos limpias. La pregunta: ¿Por qué aguantamos este cúmulo de
engaños, robos y demás faraónicas desvergüenzas?
Nicolás Maquiavelo, quizá nos responde en “El Príncipe”: “Los hombres
son tan ingenuos, y responden tanto a la necesidad del momento, que quien
engaña siempre encuentra a alguien que se deja engañar”.
En el siglo XXI,
por increíble que parezca, hay todavía tantos que se dejan engañar. Ahora, que tanto
hemos progresado, los políticos siguen engañándonos, porque “muchos” se auto
engañan, vendiéndose por un plato de lentejas…
Hoy más que
nunca, el ejercicio de la política exige una integridad ética para la que
muchos profesionales de la “cosa pública” no están éticamente preparados. Porque,
si los políticos carecen de integridad, la misma integridad necesitamos los
aplastados por aquellos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario