COMO SERES
HUMANOS
Hace más de diez años escribí un librito cuyo título
es: “El Anticristo” en
el que hablaba de la poca consideración y respeto hacia el “otro” y por lo mismo,
del escaso “valor” otorgado al ser humano. Y luego de mi visita
al campo de concentración de Auschwitz, quedó más avivada en mi memoria la
atroz “capacidad humana” de cometer actos atroces y repugnantes
contra sus semejantes.
En líneas generales, somos capaces
de ponernos en la “piel” de los que nos rodean y comprender el por qué de lo
que hacen y dicen. Y lo aceptamos aunque nos desagraden algunas de sus
bestiarias conductas. Pero, cuando hablamos de actos tan extremos y
detestables como los que llevaron a cabo los nazis y los terroristas en
Francia y el EPP, en Paraguay… la cosa cambia radicalmente.
Recomienda el filósofo y personalista
comunitario Emmanuel Mounier: “Es necesario valorar a cualquier ser humano
al margen de su comportamiento, aun siendo difícil tarea. Hay que trabajar con perseverancia para
conseguirlo y aun así, por mucho empeño que pongamos, todavía es posible toparse con alguien que nos dificulte aceptar
de sus errores.
Por ello, es urgente y necesario darse cuenta de los límites que cada uno tenemos como seres
humanos. Los profesionales
universitarios…en general ¿somos lo suficientemente fuertes como para poder aceptar sin condiciones
a todos los pacientes-clientes-usurarios?
¿Estamos convencidos de que si aquellos se comportan de manera equivocada - por ignorancia o por perturbación - debíamos hacer todo lo posible para que cambiasen - por su bien y por el de los demás-, sin que su conducta debilite nuestras buenas intenciones?.
¿Estamos convencidos de que si aquellos se comportan de manera equivocada - por ignorancia o por perturbación - debíamos hacer todo lo posible para que cambiasen - por su bien y por el de los demás-, sin que su conducta debilite nuestras buenas intenciones?.
Es posible que algún día me encuentre ante un
paciente cuyas conductas reprobables me hagan difícil o, incluso, me impidan la labor
terapéutica con él. Si esto sucede, no me condenaré por ello sino que me aceptaré como el ser falible
que soy, con muchas limitaciones e imperfecciones, como
psicóloga y como persona.
Es importante ser conscientes de nuestros
límites como profesionales y, sobre todo, como seres humanos, no sentirnos mal por tenerlos y aceptarnos a nosotros mismos a pesar de ellos. Mi profesora no era peor terapeuta ni persona por
tener esa limitación, simplemente era un ser falible e imperfecto, ni
más ni menos que cualquier otro ser humano.
Debido a la naturaleza de la labor que
llevan a cabo los médicos, educadores sociales, enfermeros o psicólogos, se
espera que estos profesionales estén al servicio de la persona, ésta debe ser
su prioridad por encima de otros intereses?
Poco importa si nos ganamos la vida como
abogados, recepcionistas, médicos, policías, profesores, comerciante, porque desde cualquier profesión
tenemos la posibilidad de acercarnos al ser humano que tenemos enfrente y verle
no solo como paciente, usuario, cliente, alumno…, sino también como persona. Si
le escuchamos activamente e intentamos ponernos en su piel, conseguiremos una relación mucho más humana y
enriquecedora.
El aprendizaje de la medicina es
complejo, no porque sea más difícil que otras disciplinas, sino porque su
centro es el ser humano y no hay nada en el mundo más complejo que los seres
humanos. Por lo tanto, su enseñanza requiere de un delicado equilibrio en los
contenidos que se brindan tanto a los alumnos en la universidad como en las
programas de postgrado.
En
la medida que los profesionales universitarios, y en particular los médicos,
supongan que la práctica clínica depende exclusivamente de los conocimientos
biológicos y se encandilen por la apabullante tecnología, irán perdiendo o no
adquiriendo las habilidades que llevan a efectuar un correcto juicio clínico,
lo cual afectará su forma de pensar y sus actitudes ante el paciente. Es
notorio el incremento de médicos que no son capaces
de diagnosticar con exactitud la enfermedad a través del examen físico. (José
M. Ceriani Cernadas-2014)
La profesión involucra vivencialmente a
quien la profesa, pues las actividades son tan definidas, tan absorbentes en el
interés, tan ricas en deberes y responsabilidades, que envuelven completamente
a aquellos que se entregan a ellas. Para el sociólogo Robert Merton, los 3
valores sociales que componen el concepto de una profesión, son los siguientes:
a) El valor que se concede al conocimiento sistemático e intelectual: saber. b) El valor que se concede al
conocimiento práctico y grado de adiestramiento: hacer. c) El valor que se concede a la unión del conocimiento
teórico y práctico para ponerlos al servicio de los demás: ayudar.
Enseñar es una de las
profesiones más dignas y hermosas que existen; pero si se trata de la enseñanza
universitaria, entonces adquiere un matiz más elevado, por ser la universidad
el sitio final por donde pasan los futuros profesionales. El compromiso del
profesor universitario se basa fundamentalmente en la formación integral de los
estudiantes. El logro del tal propósito quizá sea el fin de cualquier tipo de
terrorismo en Paraguay
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