¡COLOSAL INSENSATEZ!
El
relativismo
moral asegura que la moralidad no está basada en ninguna norma absoluta. Más
bien en “verdades” éticas que dependen
de la situación, cultura, sentimientos propios, etc.
Dice Adolfo J. Castañeda-catholic.net:
Como
las opiniones y las circunstancias son cambiantes, ningún conocimiento o
principio moral, según esta postura, es objetivo o universal. Es decir, el
relativismo postula que ningún conocimiento o principio moral es verdadero, ni es
válido para todos en todo tiempo y lugar.
En realidad, el relativismo, en cuanto
al conocimiento de la realidad en general, deviene en agnosticismo (la
negación, o la puesta en duda), de la capacidad del ser humano de conocer la
verdad objetiva.
El mundo se está dividiendo rápidamente
en dos campos: los que creen que todo es relativo y los que creen que no todo
es relativo, sino que existen unos principios morales objetivos, universales y
absolutos; es decir, principios que gozan de existencia propia y que son
aplicables a todos los seres humanos en toda circunstancia y lugar.
Las categorías de liberal y conservador cada día son menos relevantes. En la práctica, las personas que se suscriben a una u otra clasificación lo hacen por motivos principalmente políticos, más que éticos. Y lo político, aunque es importante, calla el fondo del problema, que es de índole moral, ya que la crisis actual es de valores… fundamento de todo actuar humano.
Características del relativismo moral, en líneas
generales: 1º. Considera
que todas las opiniones morales gozan del mismo nivel de validez, sin importar
que algunas de ellas sean contrarias entre sí…porque todo depende “de”… El
relativista no puede aceptar que unas ideas sean definitivamente verdaderas y
otras no… porque todo depende “de”…
2º. El
relativista confunde el deber de respetar a la persona que opina y su derecho a
opinar con el deber de respetar toda opinión. Todos tenemos el deber de respetar a
los demás y también su derecho a opinar.
Pero no tenemos por qué respetar todas
las opiniones o, dicho de un modo más adecuado y respetuoso (para no faltar a
la caridad), no tenemos por qué aceptar todas las opiniones, por el simple hecho de que no todas las
opiniones son válidas.
Incluso, tenemos el deber, si las
circunstancias lo permiten, de refutar las opiniones falsas y dañinas. Por
ejemplo, si un hombre opina que los maridos pueden ser adúlteros, yo tengo el
deber de respetar a ese individuo,
pero al mismo tiempo, el deber de
decirle que su opinión es absolutamente mentirosa y dañina.
3º. Individualismo o subjetivismo. La razón por la cual el relativista tiene la confusión es porque en el fondo, el relativismo es individualista o subjetivista por naturaleza… consiste en creer que lo que es verdad para mí no necesariamente lo es para ti, y viceversa.
El subjetivismo se aferra en el sujeto
que opina y no en la realidad objetiva
sobre lo que se está opinando. Por ello es que el relativista insiste con
frecuencia en que "todo el mundo tiene el derecho a opinar", que
"hay que respetar la opinión de todo el mundo", que "¿quién es
usted para decir tal cosa", “no tiene derecho a discriminarme”, etc., etc. etc.
4º. Un énfasis unilateral en una presunta "sinceridad" u "honestidad". Es decir, lo que importa es la sinceridad subjetiva de la persona y no tanto su conducta. Por ejemplo, para un relativista, si un joven cree que fornicar con su novia está bien porque la "ama mucho", entonces está bien que fornique con ella. ¡Es su verdad!. En realidad el relativismo se contradice a sí mismo. El principio de que “todo” es relativo no es relativo, sino absoluto, es decir, es una pretensión velada de carácter absoluto.
Otro ejemplo. La "Nueva Era"
plantea que la verdad es relativa, es decir, lo que hoy es verdad mañana puede
ser falso. Y no se está refiriendo aquí a cosas que sí son relativas, como
puede ser que el tránsito de una ciudad en particular no sea un problema, pero
que en un futuro sí.
Se está refiriendo a
cuestiones fundamentales para el ser humano, como lo son la espiritualidad, la
paz interior, etc. Así las cosas, si lo que hoy es verdad mañana puede ser
falso, eso mismo le puede pasar la propia "Nueva Era", ¡y se acabó la
"Nueva Era”!.
Este ejemplo nos muestra que el relativismo es una soberana insensatez, un insulto al intelecto humano y un ataque directo al sentido común.
Este ejemplo nos muestra que el relativismo es una soberana insensatez, un insulto al intelecto humano y un ataque directo al sentido común.
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