miércoles, 5 de septiembre de 2018

HORÓSCOPO

¿LA GRAN ESTAFA?

horóscopo diario agencia
Muchos próceres del engaño se presentan como "especialistas parasicólogos, profesores y maestros en ciencias ocultas". La experiencia nos muestra que no pocos conocidos (cuando no uno mismo) consultan y someten sus vidas a tales engaños.

Programas de Tv, revistas, diarios, radio e internet dan espacio al “dios horóscopo”. Temas astrológicos y esotéricos son programas de algunas radios de nuestro medio que ofrecen consultas telefónicas.

Quizá el milagro zodiacal hace “tragable” las soluciones horoscopales como por ej: “Inicia para ti una nueva etapa; pronto hallarás las respuestas que esperas; tu salud mejorará 10 puntos; el amor de tu vida está a la vuelta de la esquina, la prosperidad económica te sonríe, etc…”

Querer saber el futuro, dice Alejandro García del Olmo, es querer ser iguales a Dios, pretensión tan soberbia como absurda. Debemos confiar nuestra vida en Dios como Padre que es. Luego, es tonto consultar a los astros, horóscopos,cartas y adivinos.

El zodiaco es una franja imaginaria del firmamento donde aparecen doce constelaciones que se ven a simple vista. Esas constelaciones del zodiaco son Aries, Tauro, Géminis, Cáncer, Leo, Virgo, Libra, Escorpión, Sagitario, Capricornio, Acuario y Piscis.

Estos nombres provienen de diversas divinidades mitológicas veneradas entre los antiguos caldeos. Los horóscopos dicen que la vida depende de la constelación zodiacal que hace sentir su influencia en el mes de nuestro nacimiento. Si nací en enero soy Acuario; si nací en agosto, soy Leo... etc.

Creer en los horóscopos es inútil engaño. Es como aceptar que no somos libres, que nuestra vida está determinada por los astros. Por consiguiente, no somos nosotros quienes construimos nuestro propio destino, y que dependemos de las estrellas.

Pero, nada de lo que dicen los horóscopos es real. Lo que dicen sobre Tauro hoy, lo dirán mañana de Piscis y viceversa. No es de inteligentes desplazar a Dios de la vida, para confiar en horóscopos inventado por vividores y charlatanes oportunistas.

Por otra parte, quien verdaderamente confía en Dios no busca símbolos o signos del cielo ni de la tierra, como bien enseña el Maestro Jesús: "Saben interpretar el aspecto del cielo y de la tierra y ¿no saben distinguir los signos de los tiempos...?" (Mt. 16, 1-4).

Puede tentarnos la curiosidad de conocer nuestro futuro; pero el peligro está en, además de perder dinero, poner nuestra vida (que no es poca cosa) en manos de cualquiera. Dios ama a todos, ¿por qué dejar que 12 signos reinen sobre nuestras vidas? Si dividimos los 12 signos entre 7 mil millones de habitantes que pueblan hoy la tierra, a más de 500 millones de personas les ocurrirá lo mismo.

Los terrícolas inteligentes debemos pedir a nuestro Creador que nos aumente la fe y que nos ayude a evitar todo lo que nos aparte de Él, haciendo el bien y evitando el mal.

Es verdad, y nadie podrá negarlo, que los astros ejercen influencia sobre ciertas realidades, por ejemplo: ¿quién no será afectado si permanece largas horas, desnudo bajo el sol con 40 grados de calor? Se achicharra el cerebro y la piel se daña...
  
Pero, creer que el futuro de mi vida determinan los astros, es negar la libertad humana y la Providencia divina: es admitir que el fatalismo y el predestinacionismo tienen la última palabra. Luego, ¿por qué extrañar que muchos adoren a los astros?

La adivinación significa falta de fe en Dios. Por eso, en uno de sus cuentos escribía Gilbert K. Chesterton (1873-1936): "La gente no vacila en tragarse cualquier opinión no comprobada sobre cual­quier cosa...Y esto lleva el nombre de superstición...” 


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