lunes, 31 de julio de 2017

SER PERSONA…PRIVILEGIO Y…

FUENTE DE VALOR    (FIN)

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La persona es un ser paradójico: es un absoluto, pero necesita de los demás; es corporal, pero trasciende lo corporal; ya existe, pero está en construcción; es suyo, pero tiene que ir auto poseyéndose; posee una intimidad única que debe construir y llevar a plenitud, pero sólo se realiza saliendo de sí y viviendo la comunidad.

Es libre para optar por su unificación y plenitud, pero puede optar por su desintegración y empobrecimiento; hace el mal que no quiere y no hace el bien que quiere, etc. Así las cosas, la persona es un ser en conflicto permanente, en tensión. Únicamente no está en conflicto quien se ha anestesiado, quien se ha dormido.

Ser persona, dice Víctor Frankl, «significa hallarse permanentemente confrontado con situaciones de las que cada una es al mismo tiempo don y tarea. Y mediante el desempeño de dicha tarea, realizarnos a nosotros mismos» La persona está así llamada a hacerse cargo de sí, responsable de sí misma.

¿En qué consiste la madurez personal? Cada persona está llamada a hacer su propia vida, a construir libre y voluntariamente quien quiera ser. Con su propia realidad, lo valioso que descubre, de modo libre y racional, o dejando que sean otros u otras instancias quienes impongan a la persona sus criterios y principios.

Puede hacerlo de acuerdo con su propia realidad, con lo valioso que descubre de modo libre y racional, o dejando que sean otros u otras instancias quienes impongan a la persona, sus criterios y principios.

En el primer caso decimos que la persona es autónoma. En el segundo, heterónoma. La persona autónoma es la que, de modo reflexivo, actúa y elige lo mejor para crecer como persona respetando su dignidad y la ajena. Vive libre y responsablemente.

La persona heterónoma es la que se deja llevar por la voluntad ajena, o por sus impulsos o por la mentalidad dominante, o por las normas, de modo acrítico e irresponsable.

Lo cierto es que cuando somos niños, necesitamos que otros nos den pautas de actuación, que nos ayuden a ser, porque ni nuestra racionalidad ni nuestra libertad son aún maduras. Pero esta heteronomía debe ir dejando paso a la autonomía a medida que pasan los años.

¿Cómo es una persona autónoma? Una persona autónoma está abierta a sí misma, por lo que es capaz de gran autoconocimiento. Es realista y se acepta como es y se quiere, aunque no se conforma con ello, sino que busca su plenitud. 

Vive desde su proyecto vital y vocación. Sabe dar razón de sus ideas y opciones desde dicho proyecto. Y desde él orienta su vida. En él tiene un criterio para juzgar lo que le acontece. 

Vive con actitud positiva, con esperanza. Es dueña de sí. Por su autodisciplina, fortaleza, paciencia, autocontrol, es capaz de vivir desde sí para los demás. Vive integradamente todas sus dimensiones (cuerpo, inteligencia, afectos, voluntad, relación con los demás). 

Actúa sin impulsividad, eligiendo lo mejor en vistas a su crecimiento personal y el de los demás. La persona es más creativa, fecunda y eficaz. Es cada vez más comprometida, realista, libre y responsable. 

Aunque no actúa dejándose llevar por los demás, está comprometida con otros. Es decir, actúa desde ella, no de lo que esperan de ella. Pero sale de sí misma y se pone al servicio de otros. Es persona abierta a los demás, estableciendo con ellos relaciones de encuentro.

Una persona heterónoma irresponsable es aquella que se deja guiar en su actuación y decisiones, sin someterlas a su propio discernimiento, sin tomar las riendas de sí misma. 

* Actúa por impulsos, capricho, por ideas preconcebidas. Por  normas y valores marcados por otros (amigos, medios de información, familia). No actúa conforme a ellas porque le atraigan sino por temor al castigo o por temor al remordimiento o culpa (autocastigo). 

* Por tradición cultural, sin analizarla críticamente. Por la mentalidad dominante en la sociedad (que impone unos gustos, actividades, trabajos, valores) sin someterlo a los propios criterios. 

* Además, la persona heterónoma busca vivir sin tensiones. No se compromete para no tener que dar cuentas. No se responsabiliza de nada, ni de sí mismo. No reconoce deber ninguno. Sigue las normas para evitar tensiones.

* Busca no tener que decidir, busca recetas, seguridades. Los deberes son imposiciones. No valora la bondad o maldad de algo sino sólo su conveniencia o inconveniencia. Por eso tiene una gran incapacidad para decidir por sí.

Nadie es creativo y crece si no se siente cautivado por un valor, un ideal, o, sobre todo, por alguien que le lance más allá de sí, engrandeciéndole. En realidad, todo valor y todo ideal siempre son recibidos de alguien en quien se cree y al que se ama. 

Hasta aquí las lecciones del hermano en la fe, Xosé Manuel Domínguez P., desde su libro “Para ser Persona” ¡Gracias por tus lecciones...Maestro!...

                                                                                                                        

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