sábado, 8 de julio de 2017

ESTAMOS MUY INFORMADOS, PERO…

¡ESCASAMENTE FORMADOS!

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Nos jactamos de estar informados –en tiempo real – de todo lo que ocurre en nuestro globo, al conectarnos, incluso, con quienes viven a miles de kilómetros. Estamos informados de sus buenos o malos pasares y pesares, porque ellos mismos nos cuentan. ¡Estamos hiper-informados!…creemos saber todo. ¿Saber cosas importantes… chismes?

Una sociedad sometida a información nutrida de trivialidades y bombardeadas por tantos pedantescos advenedizos de vanilocuencia (farándula, tv, fútbol…), multiplicadores de fan, seguidor, admirador de modas y modelos de fácil aplauso y pocos valores, padece el virus de harta información y nula formación.

La cacareada conectividad que en principio debería aportar desarrollo y unión, provoca lo contrario. Hoy las discusiones no son grandes temas a favor del hombre como (respeto, veracidad, orden, patria, solidaridad…) Sí, son noticias caos, desorden y muerte.

Fácilmente, -al estilo Rambo - disparamos artillería pesada cuando alguien nos contradice abriendo las fauces cual hipopótamos, amenazando al insolente, quien pagará cara su osadía. Así, chamigo mi, matamos y morimos por asunto peloteril, peleítas de Yeguita con la otra...o por lo que dijo este o aquella…en la radio, tele… ¡Ajepa ñande chapî ha ñande tavy!

¿Qué gana “ganando” la pelea de chiquero, en las cuales sólo se muestra de cuerpo entero y pintado, la faraónica chatura cívica del terrícola guaraní? ¡Nada!

No es inteligente quien ignora batallar por lo que realmente vale la pena gastar fuerzas por un bien mayor, dando razón al título de este comentario: “estamos muy informadas, pero escasamente  formados”

Coincido con Rubén Torres: “Debemos comprender algo: Alguien Informado, es alguien no formado, el prefijo In es negativo, es igual a NO. Como es Inmoral, para definir a quien que carece de moral, Inculto, a alguien carente de cultura o Inseguro para un estado de falta de seguridad”.  (cfr. Rubén Torres “La Cosecha del alma” 17.07.16)

Hemos escuchado y leído -en aula y fuera de ella- la frase atribuida a Francis Bacon (1561–1626): “El conocimiento es poder”, como una justificación para promover la ciencia aplicada. Pero conocimiento no es igual a información.

Nos calientan la cabeza (hueca) con el cuento de que quien posee información tiene poder, pues puede manipular a su antojo y paladar. En cualquier organización es dable pensar que así es. Pero alguien que usa ese privilegio para beneficio propio y en perjuicio de los demás, es un deshonesto. Hablamos, entonces, de un poder tiránico.

¿Qué pasa con un líder-gorila que posee información pero escasa formación? Es terrible peligro para todos, incluso para el in-formado.

Hace cuatro siglos argumentaba Francis Bacon que el objetivo principal del conocimiento debía ser aliviar la condición humana. Tan buenas intenciones, sin embargo, no siempre está regida por la moral. ¿Acaso en nombre de la ciencia -entre otras barbarie-  no se practica la occisión (muerte violenta) de millones de inocentes?  

En 1999 el físico Joseph Rotblat, Premio Nobel de la Paz, publicó en Science un duro editorial sobre las responsabilidades de los científicos; entre otras cosas, afirmaba: “A través de sus aplicaciones tecnológicas, la ciencia (…) ha mejorado enormemente la calidad de vida de las personas (…)

Pero también ha creado grandes peligros, amenazando la propia existencia de la especie humana (…). Sin embargo, muchos científicos todavía se aferran a una mentalidad de torre de marfil, fundamentada en preceptos tales como ‘la ciencia debe hacerse por ella misma’, ‘la ciencia es neutra’ y ‘la ciencia no puede ser condenada por sus malas aplicaciones’. ¿Tiene la ciencia carta blanca para matar? 

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