PROPIO
DEL DEBER
Hay que distinguir dos quereres, el querer-cariño, propio del corazón caritativo y otro, el querer-voluntad, propio del deber. “Nada hay tan bueno en el mundo como una buena voluntad” (Kant) ¿De de qué serviría saber mucho y ser muy querido, si no quisiéramos intentar hacer anda bueno? (cfr. C. Díaz - Diez palabras clave para educar en valores - p 33)
Pero, puede a veces, ocurrir que la
voluntad encuentre barreras a superar. Ejemplo “Hace mucho frio…no quiero
madrugar para ir al trabajo”. Entonces,
¿qué sucede si no estoy motivado para cumplir mi deber?
Cualquier mortal sabe que es mejor estar
motivado para hacer las cosas, porque facilita el compromiso, el interés, el
ánimo, etc. Luego, voy a trabajar, porque quiero hacer lo que no me agrada. En
este caso, la voluntad es buena… cuando actúa por deber.
En definitiva, el querer-voluntad (santa),
actúa independiente de inclinaciones y deseos individuales, porque obra por
deber, porque es bueno, hacer lo que se debe; una voluntad buena es la
que obra por deber, es lo que se denomina, querer-voluntad.
Justo es decir que el deber no contradice a la libertad, no es
coacción, todo lo contrario, es un elemento imprescindible para la libertad y
la sabrosa convivencia. Dicen que hay tres tipos de deberes. 1) de coacción, leyes impuestas
como las de tránsito: Respetar las normas de tráfico favorece a todos.
2) Las promesas y compromisos libremente asumidos. Cumplir con
lo prometido es de personas responsables y honestas. 3) Son los deberes que proyecto para mi vida. Cuidar la salud requiere
disciplina. Templanza. Si quiero ser una persona de bien, decente, “debo”
cumplir las normas éticas.
Aristóteles nos enseña que existen
tres grandes familias de placeres:
a) Los naturales
necesarios: los íntimamente ligados con
la conservación de la vida, comer cuando se tiene hambre, beber
cuando se tiene sed, reposar cuando se está cansado. Sin embargo, comprobamos que
no pocas veces, el hombre
es el único animal que come sin tener hambre, bebe sin tener sed
y habla sin tener nada que decir.
b) Los
naturales innecesarios: todos los que constituyen
variaciones superfluas de los placeres naturales: comer mucho, comer caro,
beber licores, vinos refinados, vestir
ropas caras, de marca, etc.
c) Los
no naturales y no necesarios: los nacidos de la vanidad humana: deseos
de riquezas, de poder, de placer, de honores y
de prestigio - más por competir y mostrar que se tiene.
Los deberes son un medio para conseguir
un fin. Todo lo, que me propongo para mejorar como persona debo realizarlo,
esté motivado o no.
Si no estoy motivados, ¿qué hacer?
Intentar motivarme. Y, si no funciona, debo cumplir con mi compromiso, con
ganas o sin ganas. Las ganas o desganas no son criterios para orientar mi rumbo. Sí, la
voluntad de querer hacer lo que debo, perseverando para vencer el kaigue.
Es necesario entonces: Coraje para
vivir; generosidad para convivir; prudencia para sobrevivir; amor para
desvivir: el coraje lo es siempre para las concreciones. Quienes hablan sin referirse
a la realidad tienen un cadáver pudriéndoseles en la boca. El mundo es una gran
montaña de mierda donde hay que meter las manos; lo importante es no ensuciarse
en corazón. (p. 35)
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