viernes, 28 de julio de 2017

PROCRASTINACIÓN

¡ANI  REJAPURA  ANGUIRU… TENEMOS TIEMPO!

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Dicen los entendidos:“Procrastinación (del latín procrastinarepro, adelante, y crastinus, referente al futuro), postergación o posposición es la acción o hábito de retrasar actividades o situaciones que deben atenderse, sustituyéndolas por otras situaciones más irrelevantes o agradables”.

¿Quién no ha dejado para más tarde algo que podía haber hecho antes? Se trata de procrastinación. ¡Siempre hay tiempo! para…pagar facturas, renovar el registro de conducir, ir al médico, para estudiar, y por supuesto, para llegar tarde a un compromiso.

No falta quien pontifica: “la ojapuravaekue, ja o manóma” (quien se ha apurado, ya está muerto)  A continuación, la frese indulgente no se hará esperar: “Es que, así nomá loo ko somo nohotro, kapelú”

Aníbal Romero Sanabria afirma que el cuarto pecado capital del compatriota es: La “hora paraguaya”. Las 8.00 no son las 8.00, sino las 8.30 o quizás las 9.00. No hay mucho que hablar, es un círculo vicioso: algunos ya no quieren llegar puntuales, pues saben “luego” que otros llegarán tarde, o el evento, reunión, clase o cita comenzará una hora más tarde...

Definitivamente no le damos valor al tiempo, cuando es sabido que “el tiempo es oro “Hasta en los actos oficiales se establece una hora antes “porque ya sabemos luego que van a venir más tarde”.

Dice Mario Rubén Álvarez: El paraguayo de modelo tradicional, es un enamorado de resolver las cosas a última hora. Si cuenta con un mes para solucionar un problema, lo recordará en el día vigésimo séptimo. En la siguiente jornada pensará en alguna estrategia para enfrentar la situación y el día 29 moverá cielo, tierra, mar e infierno para salir a flote.

Procrastinación, se trata, entonces  de una tendencia que consiste en dejar para el día siguiente, o para más tarde lo que podría hacerse antes, en diferentes áreas de la vida: profesional, en la vida diaria y a nivel afectivo.

Es verdad que pueden darse razones para aplazar ciertas actividades. Pero serán excepciones, no la regla. Si posponemos lo que hay que hacer, sólo porque hay tiempo, sin ningún otra excusa, es imprudencia, para no decir tragedia. Bueno es recordar que las contingencias no se pueden prever.

Un profesor que aplaza la tarea de calificar trabajos prácticos o exámenes, por ver una película o un partido de fútbol, tendrá que levantarse más temprano o hará su trabajo de modo deficiente, al no cumplir con su deber  en tiempo y forma. En este caso, posponer el deber por hacer cosas más agradables, es procrastinación.

Ciertas personas afirman que la procrastinación a menudo está vinculada a una falta de autoestima y a una infravaloración de las competencias. Otras dicen que es carencia de responsabilidad…y las opiniones no paran.

El sentido común advierte que gestionar el tiempo es requisito fundamental. Para evitar que los minutos y los días “nos ganen”, lo conveniente es organizarse. Programar tareas por orden de prioridades da buen resultado. Es preferible empezar con pocos objetivos para hacer durante el día, que desmoralizarse- después- con una carretillada de tareas interminables. ¿Para qué envenenarnos la vida?

"Cuando procrastinamos, estamos tratando de mejorar nuestro estado de ánimo evitando hacer algo que nos parece desagradable", señala Tania Sanz y agrega: "Es parecido a emborracharse o comer para consolarse: es una estrategia que nos “hace sentir mejor” al distraernos con un placer de corto plazo, olvidándonos del problema".

Los especialistas (dice Alfred López) señalan que son tres las causas principales del hecho de procrastinar: Por evasión, cuando se evita empezar una tarea por miedo al fracaso. Es un problema de autoestima.

Por activación, cuando se posterga una tarea hasta que ya no hay más remedio que realizarla. Es un problema contrario al anterior. Por indecisión, típico de las personas indecisas que intentan realizar la tarea, pero se pierden en pensar la mejor manera de hacerlo sin llegar a tomar una decisión.

Graciosa conclusión: Doña María ÚltimaHora, se casó con Don Poco Caso. Nació, fruto de este matrimonio: Ña María Problema…consecuencia… ¡familia fracasada!.

Posponer tareas sólo porque “hay tiempo” es mal hábito, porque dicen que, ¡El futuro no existe como campo de acción! 

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