domingo, 23 de julio de 2017

MOISÉS (IV)

                                    GUÍA  EN  EL  DESIERTO   

Resultado de imagen para moisesMoisés es guía de la humanidad en la travesía del desierto. Salvado de las peripecias del mar, comienza para Israel su peregrinación por el duro e inhóspito desierto. Las tres etapas principales de esta marcha son: El Sinaí, Cades, Moab.

Y los problemas que las acompañan pueden resumirse así: a) actitud rebelde del pueblo que no acepta su nueva situación, b) intercesión constante de Moisés ante aquella actitud, c) acompañamiento milagroso de Yahve que libra a su pueblo del hambre, de la sed y de la guerra.

La peregrinación es la metáfora de la vida. Estamos y vivimos en el camino. La travesía del desierto es difícil. El desierto es recio, árido, ingrato, lugar de silencio y soledad.

Cuando decimos “travesía del desierto”, nos referimos a la dura travesía de la existencia, es decir, al mundo en que nos desenvolvemos, mundo que se encuentra- a juicio de muchos- en un momento histórico de profundas transformaciones y muy serios desafíos, un mundo de violencia y de inquietudes.

Los desafíos: Un mundo en que nadie fuera excluido, sería un mundo ideal. Sería un mundo como en el que siempre soñamos: limpio y solidario, habitable para todos; un mundo en que la persona sea respetada por sí misma y todos los hombres desarrollaran sus capacidades y disfrutaran de todos sus derechos.

Por desgracia, estos sueños distan mucho de hacerse realidad. El espejo de nuestros sueños, se rompe en mil pedazos cada vez que despertamos. Constatamos que el mundo en que vivimos está lleno de violencias e injusticias, miserias y marginaciones.

La violencia: En no pocos casos, esta violencia marca las relaciones entre las personas y entre las comunidades; la pobreza oprime a millones de habitantes; discriminaciones y persecuciones por motivos raciales, culturales y religiosos obligan, a muchas personas a huir de sus países buscando refugio y protección en lejanos lugares.

Existe, además, amenaza constante en lo que se refiere a la relación hombre-ambiente, debido al uso indiscriminado de los recursos, con repercusiones contra la salud física y  mental del ser humano.

Asaltos, muertes violentas, inconcebibles guerras, actos terroristas, injusticias, cárceles, emigración, sufrimientos, retroceso económico, etc., son signos recordatorios de que no estamos en el mejor de los mundos.

Nuestras inquietudes: Una de nuestras inquietudes procede de la pobreza que sufren tantos hombres, mujeres, niños, ancianos, mientras que otros tantos, gozan de riquezas escandalosas. La pobreza es una de las más graves “preocupaciones” de la comunidad internacional.

De ahí, las preguntas, a modo de plegarias: “Señor, si se acaban los buenos, ¿cómo no tener miedo de perecer con ellos?...Señor, si los poderes políticos y económicos imponen sus criterios, ¿cómo y a qué permanecer fiel?

Señor, si hay tantos que pasan hambre- hambre de pan, de salud, de educación- ¿cómo convivir en esta sociedad? Señor, reconozco mi propia debilidad, ¿cómo poder resistir a tanto acoso si, además, tantas veces he sido víctima de mí mismo?" 

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