jueves, 27 de julio de 2017

SÓCRATES

¡¡MODELO  DE CONDUCTA  HOY!!

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Sócrates, por su categoría como persona es - a mi juicio- modelo de conducta ética para el terrícola del siglo XXI: políticos, empresarios, padres, funcionarios públicos, autoridades y cristianos en general.

La historia cuenta que Sócrates nació en Atenas hacia el año 470 a.C. Su papá Sophronisco era escultor. Su mamá, Fenaretres, partera. Como su papá, esculpió la estatua más bella del mundo, la del hombre. Y como su mamá, practicó el difícil arte de ayudar a parir: no cuerpo... sino conocimientos.

Sócrates nunca fue amigo de los sofistas. En un principio, el sofista se dedicaba a la enseñanza de la retórica: arte de hablar. Pero, luego se los asocia a la falacia; algo que en apariencia es verdad, siendo en realidad falso.

Así, el sofista es aquel que engaña y obtiene lucro de su habilidad para confundir a través de falsos argumentos. Sólo importa convencer, hacer que triunfe una tesis idea, u opinión aunque sea increíble, pero que bien hablado, gana ante un tribunal, sin importar la verdad ni la justicia. Nuestra actual sociedad…¿no está plagada de sofistas?

Sócrates – nos enseñaba Roger Texier – no era guapo. Físicamente, Jenofonte, historiador, militar y filósofo griego, lo describe chato, con ojos saltones y vientre abultado. Vivía pobremente, iba descalzo y usaba la misma túnica tanto en invierno como en verano.

Esto no lo impide reunirse con artesanos, sabios, políticos. Encuentra a mucha gente en el mercado y en las plazas. A todos plantea las mismas preguntas: ¿Qué es la justicia, la piedad, el valor? (…) O, todavía, más. ¿Cómo puede usted ser justo, piadoso y valiente si no sabe lo que es la justicia, la piedad y el valor?

Sería necesario saber qué es la virtud para poder practicarla. Y la ciencia de la virtud, ¿sería la primera condición de la virtud?... Sócrates se da cuenta que la gente sabe muy poco sobre la virtud, el sentido de la vida, el bien y el mal. O no tienen nada que decir, o responden con vacilación.

Entonces, los invita a reflexionar sobre la belleza de la virtud, preguntando: ¿Qué es la belleza? Y responden: La belleza es la belleza de una chica o, la belleza de una flor. Sócrates pregunta: ¿por qué no la belleza de un acto valiente, piadoso o justo? Y agrega: “hablemos del valor, piedad y justicia…”

Conversaciones de este estilo eran su modo particular de buscar la verdad, más aun, de filosofar. Es el diálogo. (logos, discurso; dia, a través) Según la etimología, diálogo es: “intercambio” de palabras a través del espacio físico que separa a dos o más personas.

Un diálogo bien conducido reduce todo tipo de distancia y acerca los corazones. Se habla tanto de diálogo hoy: diálogo entre políticos; entre padres e hijos; entre cónyuges; entre cultura y religiones; diálogo… por qué no, entre el alma y Dios.

Sócrates es maestro y modelo en el arte de dialogar, por tres razones: 1ª) Cuando se comunica con los demás, lo hace con gran modestia. Los demás saben, él no sabe, ignora, se hace preguntas. Al menos, no forma parte de los que “lo saben todo”. No busca triunfar hablando más ni mejor. Sí, busca constante y humildemente lo que es verdad.

2ª) Cuando dialoga con los demás demuestra ironía, que no es como la nuestra, una especie de burla que hiere. La ironía de Sócrates es una forma de preguntar: ¿Es útil la sabiduría…qué quiere decir útil... para qué…ganar dinero…evitar la cárcel….ser feliz?”

Le dice a Polos: “A ustedes los jóvenes, les toca corregirnos si hay necesidad”. La ironía de Sócrates está hecha de modestia: “Ustedes saben lo que es la virtud…son capaces de instruir y educar” ¡Cómo me gustaría poder hacer lo mismo!

) De vez en cuando, lanza sobre su interlocutor, para despertarlo, una especie de descarga eléctrica, del pez torpedo dotados de órganos capaces de producir conmoción a la persona que lo toca. (En aquel tiempo ignoraban la electricidad) ¿Por qué lo hacía…“por piedad o por amistad”… para no dejarlos aletargados, dormidos?

Sócrates usaba como técnica el arte de interrogar con delicadeza con el propósito de obtener la verdad por el esfuerzo de la razón. Una especie de alumbramiento intelectual que proviene de los gérmenes de verdad existente en toda alma.

Este modo particular de “parir el conocimiento” se conoce como Mayéutica, arte de dar a luz, a ejemplo de Fenaretres. Mediante la mayéutica, el espíritu dará a luz a la verdad, que lleva en sí, como una mujer embarazada, lleva un niño por nacer en su seno. 

¡Cuántos Sócrates necesita nuestra enclenque y maltrecha sociedad tecnocientífica!



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