¡¡MODELO DE
CONDUCTA HOY!!
Sócrates, por su categoría como persona es - a mi juicio- modelo de conducta ética para el terrícola del siglo XXI: políticos, empresarios, padres, funcionarios públicos, autoridades y cristianos en general.
La historia cuenta que Sócrates
nació en Atenas hacia el año 470 a.C. Su papá Sophronisco era escultor. Su
mamá, Fenaretres, partera. Como su papá, esculpió la estatua más bella
del mundo, la del hombre. Y como su mamá, practicó el difícil
arte de ayudar a parir: no cuerpo... sino conocimientos.
Sócrates nunca fue amigo de los
sofistas. En un principio, el sofista se
dedicaba a la enseñanza de la retórica: arte de hablar. Pero, luego se
los asocia a la falacia; algo que en apariencia es verdad, siendo en realidad
falso.
Así, el sofista es
aquel que engaña y obtiene lucro de su habilidad para confundir a través de
falsos argumentos. Sólo importa convencer, hacer que triunfe una tesis idea, u
opinión aunque sea increíble, pero que bien hablado, gana ante un tribunal, sin
importar la verdad ni la justicia. Nuestra actual sociedad…¿no está plagada de
sofistas?
Sócrates – nos enseñaba
Roger Texier – no era guapo. Físicamente, Jenofonte, historiador, militar y filósofo griego, lo
describe chato, con ojos saltones y vientre abultado. Vivía pobremente, iba
descalzo y usaba la misma túnica tanto en invierno como en verano.
Esto no lo impide reunirse
con artesanos, sabios, políticos. Encuentra a mucha gente en el mercado y en
las plazas. A todos plantea las mismas preguntas: ¿Qué es la justicia, la
piedad, el valor? (…) O, todavía, más. ¿Cómo puede usted ser justo, piadoso y
valiente si no sabe lo que es la justicia, la piedad y el valor?
Sería necesario saber
qué es la virtud para poder practicarla. Y la ciencia de la virtud, ¿sería la
primera condición de la virtud?... Sócrates se da cuenta que la gente sabe muy
poco sobre la virtud, el sentido de la vida, el bien y el mal. O no tienen nada
que decir, o responden con vacilación.
Entonces, los invita a reflexionar sobre la
belleza de la virtud, preguntando: ¿Qué es la belleza? Y responden: La belleza
es la belleza de una chica o, la belleza de una flor. Sócrates pregunta: ¿por qué no la
belleza de un acto valiente, piadoso o justo? Y agrega: “hablemos del valor, piedad y
justicia…”
Conversaciones de este estilo eran su
modo particular de buscar la verdad, más aun, de filosofar. Es el diálogo. (logos, discurso; dia, a través) Según la etimología, diálogo es: “intercambio” de
palabras a través del espacio físico que separa a dos o más personas.
Un diálogo bien conducido reduce todo
tipo de distancia y acerca los corazones. Se habla tanto de diálogo hoy:
diálogo entre políticos; entre padres e hijos; entre cónyuges; entre cultura y
religiones; diálogo… por qué no, entre el alma y Dios.
Sócrates es maestro y modelo en el arte
de dialogar, por tres razones: 1ª) Cuando se comunica con los demás, lo hace
con gran modestia. Los demás saben, él no sabe, ignora, se hace
preguntas. Al menos, no forma parte de los que “lo saben todo”. No busca
triunfar hablando más ni mejor. Sí, busca constante y humildemente lo que es
verdad.
2ª) Cuando dialoga con los demás
demuestra ironía, que no es como la nuestra, una especie de burla que
hiere. La ironía de Sócrates es una forma de preguntar: ¿Es útil la
sabiduría…qué quiere decir útil... para qué…ganar dinero…evitar la cárcel….ser
feliz?”
Le dice a Polos: “A ustedes los jóvenes,
les toca corregirnos si hay necesidad”. La ironía de Sócrates está hecha de
modestia: “Ustedes saben lo que es la virtud…son capaces de instruir y educar”
¡Cómo me gustaría poder hacer lo mismo!
3ª) De vez en
cuando, lanza sobre su interlocutor, para despertarlo, una
especie de descarga eléctrica, del pez torpedo dotados de órganos capaces de
producir conmoción a la persona que lo toca. (En aquel tiempo ignoraban la
electricidad) ¿Por qué lo hacía…“por piedad o por amistad”… para no dejarlos
aletargados, dormidos?
Sócrates usaba como técnica el arte de
interrogar con delicadeza con el propósito de obtener la verdad por el esfuerzo
de la razón. Una especie de alumbramiento intelectual que proviene de los
gérmenes de verdad existente en toda alma.
Este modo particular de “parir el
conocimiento” se conoce como Mayéutica, arte de dar a luz, a ejemplo de
Fenaretres. Mediante la mayéutica, el espíritu dará a luz a la verdad, que
lleva en sí, como una mujer embarazada, lleva un niño por nacer en su seno.
¡Cuántos
Sócrates necesita nuestra enclenque y maltrecha sociedad tecnocientífica!
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