¿Garantía o Ilusión?
El
cuidado de la salud requiere médicos, las viviendas dignas y los entornos
urbanos requieren constructores; la educación, educadores, las instalaciones de
agua corriente, técnicos. Una sociedad justa y próspera, requiere buenos profesionales (competentes)
y profesionales buenos (éticos),
afirma Augusto Hortal en “Ética General de las Profesiones” p, 23)
Siguiendo esta línea de pensamiento cabe
con urgencia preguntarnos: ¿somos buenos profesionales, es decir, competentes en la
tarea que nos toca desempeñar: ingeniero, médico, profesor, albañil, carpintero,
chofer, enfermero, electricista, mecánico, contador, etc.? Si la respuesta es afirmativa…..hablamos de amplios
conocimientos declarativos y procedimentales, es decir, de competencia y
excelencia. (ja japó kuaá, ha jajapó porá, la ja japóva.)
Pero hace falta responder otras preguntas:
¿somos buena gente, es decir, buenos padres, buenos hijos; buenos amigos y
compañeros de trabajo; buenos vecinos, en fin, buenos ciudadanos? Si la
respuesta es afirmativa - como en la enterior - es que, definitivamente
somos buenas personas.
Últimas preguntas incómodas: ¿Por qué la
mayoría de nuestros profesionales – cualquiera sea la disciplina - no irradia
aromas de confianza y credibilidad en el desempeño de sus profesiones? ¿Por qué, un diagnóstico médico ha de
requerir dos o tres opiniones paralelas? ¡Y estas dudas valen para todas las
profesiones!
No pocos "profesionales" cacarean más por lo que tienen
o dicen tener de “especialización técnico-académica” que por lo que tiene de compromiso ético.
Hoy el profesional, con título universitario o no, se reputa como experto, como alguien que sabe lo que otros no saben, alguien
capaz de hacer lo que otros no son capaces de hacer.
La sola competencia académica no basta. Los
cartones (títulos-certificados) del “acartonado” han de ser respaldados por la conducta ética de
aquel. La bajeza moral de tantísimos profesionales, colabora eficientemente
para que el país siga ocupando - desde bastante tiempo – los primeros puestos
de corrupción e inmoralidad en el planeta.
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