lunes, 2 de noviembre de 2015

JUSTICIA SIN CARIDAD…

¡¡ES  VANIDAD  O HIPOCRESÍA!!

No existe hombre medianamente normal que no anhele justicia. ¡Justicia! se clama y se reclama, se oye gritar aquí y allá, ante este o aquel acontecimiento rutinario injusto…doloroso. Es que, muchas veces se entiende (si se entiende) la caridad como “prótesis o repuesto” de la justicia. (¡si también se comprende cabalmente  el significado de tan subida virtud!).

¿Cuánta voraz malevolencia no se comete todos los días en nombre de la justicia?..¿Cuántas inocentes almas son masacradas por propios operadores de la “injusta justicia”?. Dice Joxe Arzumendi en “El Hombre Cooperativo” Pensamientos de Arizmendiarrieta, p 84:

<<Un cristiano, ni siquiera un humanista no puede hablar de justicia social sin referirse igualmente a la caridad. La razón es que la justicia quiere establecer un orden de derechos y deberes recíprocos entre los hombres, partiendo del reconocimiento de la igualdad y dignidad de los mismos (…)

La única fuerza que puede hacer querer y respetar el orden es el amor mutuo (…) La justicia necesita del complemento, de la superación del amor, de la caridad cristiana” La caridad urge al cumplimiento de la justicia (…) El amor no niega derecho alguno, sino que lo hace menos rígido. No atenúa deber alguno, sino que lo hace más fácil. No destruye las distinciones sociales, pero quita el abismo que media entre ellas.

Todos los vicios sociales que se oponen al amor, tales como la envidia, el odio, el enojo, el desprecio, la indiferencia, el orgullo…son causa y fuente de injusticia; mientras que el amor se desarrolla en la vida social en comprensión y tolerancia mutua, en allanamiento de diferencias y unión>>

Pregunta: En nuestro país ¿alguna facultad de derecho conoce, discute y asimila los conceptos antes mencionados? 

Respuesta: No. Argumento: Si se conociera y aplicara un mínimo de caridad en la justicia, no sufriríamos de tan gigantesca y criminal vorágine de errores….que permanentemente denuncias gremios de abogados clamando una y otra vez, por la tan ansiada reforma judicial en el Paraguay (cfr. Revista “Evolución” Colegio de Abogados del Alto Paraná - nº 9 agosto/15, pag. 14-15).

Por consiguiente, es justo, necesario y urgente luchar contra el establecimiento de la injusticia. Ya no es contra la propia desgracia contra lo que debe luchar el cristiano, sino contra el MAL. Y sabido es que tal combate obligas a todos (cfr. El Hombre Cooperativo p. 81).

Tanta es la desfachatez de quienes se consideran gerentes mesiánicos de la salvación, (políticos, funcionarios y planilleros corruptos de esta y aquella repartición estatal   quienes con “síndrome de diocesillo”), podrían, hasta con descabellada intención, pretender que el Dogma de la Encarnación sea sometido a Atolondrada Autoridad del Congreso”…..No se escandalice, amable lector….aquí Todo es Posible.

Dada las circunstancias – al decir de Carlos Díaz, en Ilustración y religión, p 25 – la estética del egoísmo ombligocéntrico de muchos gerentes de la moral para maniquíes - dice que el único desprendimiento de que son capaces es el del desprendimiento de retina

Creo, afirmo, confirmo y firmo - sin embargo - que en nuestra querida y sufrida patria hay capital humanos capaz de resucitar nuestro cadavérico país. AMÉN. 

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