¡¡¡SERÁS
PERSEGUIDO!!!
El Evangelio de estos días nos recuerda
que viviremos tiempos difíciles: de calamidad y castigo, situaciones de
angustia y tribulación. ¡Ya lo estamos experimentando!
<<Jesús
a sus discípulos: «Os echarán mano, os perseguirán, entregándoos a las
sinagogas y a la cárcel, y os harán comparecer ante reyes y gobernadores, por
causa mía. (…). Y hasta vuestros padres, y parientes, y hermanos, y amigos os
traicionarán, y matarán a algunos de vosotros, y todos os odiarán por causa
mía. Pero ni un cabello de vuestra cabeza perecerá; con vuestra perseverancia>> (S. Lucas
21,12-19)
Pero en medio de estas
angustias aparece Jesús con todo su Poder y Gloria. Ésta es la esperanza del
cristiano perseguido. Los que decimos creer en Él, mantenemos esa esperanza que
animo en los buenos y malos momentos. En sus bondadosas manos estamos seguros.
¡LO CREEMOS?
A continuación agrega:
<<Mirad
también por vosotros mismos, que vuestros corazones no se carguen de excesos,
la embriaguez y las preocupaciones de esta vida, y venga de repente sobre
vosotros como una trampa aquel día. Velad, pues, en todo tiempo orando que
seáis tenidos por dignos de escapar de todas estas cosas que vendrán, y de
estar en pie delante del Hijo del Hombre>> (Lucas 21:34-36)
Si creemos que en la vida y en la muerte
somos del Señor, el terror no tiene cabida en nosotros. El miedo será una
actitud equivocada. Quien tiene esperanza vive de manera distinta de quien vive
solo para comer, emborracharse y molestar al semejante. Esta es la gran
diferencia.
Aunque pasemos por las
dificultades señaladas, levantemos la cabeza y vivamos con esperanza, porque
hemos sido redimidos, sin ningún mérito por nuestra parte. Y lo dice el Único
ser confiable, el Único que puede decir de sí mismo: Yo soy la Verdad y la Vida.
Pablo en su carta a los Gálatas 5, 19-21:
Acciones que proceden de los bajos instintos: fornicación, indecencia,
libertinaje, idolatría, superstición, enemistades, peleas, envidia, cólera,
ambición, discordias, sectarismos, celos, borracheras, comilonas y cosas
semejantes. Les prevengo que quienes hacen esas cosas no heredarán el Reino de
Dios.
Debido al abuso de bebidas embriagantes,
el ser humano, llamado a construir paraísos y a alegrar la vida de los demás,
construye infiernos, donde sufre más la propia familia: violencia física y
verbal, pobreza, hambre y tantas cosas más, que favorecen que haya relaciones
conflictivas y destructivas que dañan seriamente a la esposa y a los hijos,
además de la autodestrucción que la embriaguez constante trae consigo.
Por consiguiente, todos los cristianos
necesitamos – en la vida diaria - ejercitarnos en la virtud de la fortaleza.
Esta virtud no ayudará a superar los problemas y barreras, pero si no
conseguimos, nos dará capacidad de resistir las dificultades. ¿LO CREEMOS?
Por otro lado, oigamos
al Señor decirnos: Aman a quienes les hacen daño; hagan el bien a los que los
desprecian; bendigan a los que los maldicen; oren por los que los
calumnian. Al que te hiera en la mejilla, preséntale también la otra (…)
Sean misericordiosos, así como vuestro Padre es misericordioso. Cosa difícil, no imposible. Intentemos, al
menos.
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