martes, 10 de noviembre de 2015

¿TE APRECIAN O DESPRECIAN...?

¡¡LO QUE ERES ANTE DIOS….  ESO ES LO QUE ERES!!


Por izquierda y por derecha, aquí y allá,  por arriba y por abajo, abundan sugerencias y métodos para aumentar la autoestima y ser feliz. Algunas de ellas son:

“En la vida, todos necesitamos alguna muestra de aprobación y afecto para seguir con nuestras diarias tareas.  En  el trabajo es más requerida por los empleados; en la casa, por los cónyuges e hijos…

Utiliza frases positivas como "Yo confío en tus capacidades y sé que lo puedes hacer mejor". En el lugar de trabajo no te conviertas en el jefe que todos temen saludar. Si alguien hizo bien su tarea, otorga reconocimientos también, por excelencia en su labor y ayúdale a seguir así…..

Estimula el lado emocional de las personas: Pregúntales como se sienten. Como están. Que les gustaría lograr. El ser humano es un ser emocional y actúa de acuerdo a sus estados de ánimo….

Elogia públicamente actitudes y desempeño. De esta manera quien reciba dicha mención se sentirá estimulado a seguir con actitudes y acciones que le han permitido ser reconocido ante de los demás. Un elogio sincero y a tiempo, es mucho más efectivo que llamarles la atención 15 veces al día….

Así las cosas, pareciera que la autoestima necesita de la consideración ajena, como combustible para poner en marcha el motor de la satisfacción y del bienestar.  ¿Y si nada de lo mencionado ocurre…..se acaba el mundo?

Hay personas extremadamente susceptibles pasando gran parte de su vida ofendidas o al filo de ofenderse por lo que alguien les hizo o dejó de hacer.
¡Nadie puede ofender si no se lo permite! Generalmente son nuestras “claves” o expectativas de lo que esperamos del otro, las que nos golpean. Y las claves o expectativas son creencias y pensamientos formados por cada uno. No siempre son reales.

Si esperabas que los padres, amigos, cónyuge, etc., te dieran más amor y no te lo dieron, no tienes por qué sentirte ofendido, porque son tus expectativas de lo que papá, amigo, cónyuge ideal debieron hacer contigo, las que fueron violadas. Tus ideas son las que te lastiman. No digo que no tengas razón….pero, en tales casos ¿de qué sirve tu razón?

No falta quien se enoja con Dios. En realidad, lo que crees que debería hacer Dios contigo, es lo que te lastima. ¿De veras crees que Dios quiere ofenderte? Dios jamás ofende ni daña a nadie. Él es demasiado grande como para ofender a su creatura.

Para muchos, el hecho de tunearse, encajar cierta prótesis en algún punto de su “carrocería”, o tatuarse con indecible mal gusto - al uso – supone el nuevo Grial. La liposucción, por ejemplo, es una operación que hacen para sentirse mejor, mejorar la autoestima y hacerte perder alguna que otra barriga o arruga, pero no logra transformar a la persona.

Y nada digamos de quienes basan su autoestima en el dinero, poder, fama, título(s) y trabajo que tengas. Pregunta: ¿No eres nadie y ni vales nada sin aquellos?. Mejor es convencerte que vales por lo que eres ante Dios, sea mucho o poco lo que puedas realizar, y sobare todo, que tu conciencia nada te reproche al final del día.  

Es decir, es un sentimiento valorativo de nuestro conjunto de rasgos corporales, mentales y espirituales que forman la personalidad. Es decir, es un sentimiento valorativo de nuestro conjunto de rasgos corporales, mentales y espirituales que forman la personalidad.

Vale recordar lo que enseña san Pablo en Gálatas 1, 10: “Yo no busco la aprobación de los hombres, sino la aprobación de Dios. No busco quedar bien con los hombres. ¡Si yo quisiera quedar bien con los hombres, ya no sería un siervo de CristoEsta es la verdadera autoestima.

No hay comentarios:

Publicar un comentario