BENEFICIOSO A COSTO
CERO
La lectura es una actividad no solo placentera, sino además, constituye importante subsidio para nuestro desarrollo personal y cognoscitivo.
La cultura lectora es un hábito
que todos deberíamos adquirir desde pequeños. No solo ayuda
mejorar algunas habilidades; también nos posibilita transitar por realidades
diferentes, conocer otras culturas y relajarnos mientras soportamos largas
esperas.
En una ocasión oí decir al escritor compatriota Carlos
Villagra M. que, al menos tres beneficios nos brinda la lectura de un buen
libro:
1) Deleita.
El lector entra en comunión con las ideas del escritor. “Conversa” mentalmente
con él o, manifiesta su desacuerdo. Se produce una especie de diálogo. Además,
nunca es tarde para comenzar a leer.
2) Enseña. Quien
lee puede aprender nuevas palabras y enriquecer sus ideas. Un buen libro o
artículo bien escrito nos puede inspirar de distintas formas e influir en
nuestra manera de escribir. No solo mejora
la ortografía y gramática al
conocer el uso correcto de algunas palabras, además, amplía el universo de
vocabularios.
3) Transforma.
Si no gusta la lectura, se abandonará. Pero si lo saborea y además lo instruye,
naturalmente, los conocimientos adquiridos serán útiles en su vida personal y
luego, en sus relaciones interpersonales.
Se concluye, en consecuencia, que el hombre de buena lectura
difícilmente caerá en los extremos del escepticismo, relativismo o del
fanatismo. Una persona que lee, tiene y mantiene ideas claras, y nunca
permitirá contaminar su mente con un solo pensamiento negativo.
La peor miseria es la ignorancia. Muchas personas no
han ido a la escuela y sin embargo, poseen amplios conocimientos declarativos,
esto es, vasta información teórica. ¿Cómo?. Adquiriendo conocimientos mediante
la lectura.
Leer es una herramienta para mejorar la actividad mental pues la mantiene ocupada, incentiva la
imaginación y trabaja la memoria al tener que recordar personajes. Leer es una
tarea fácil, pues llevar un libro en la cartera para disfrutarla en cualquier
lugar: en la playa, en el bus durante el viaje, mientras se espera al médico.
También ayuda a dormir.
Profundiza el conocimiento ayudando a ampliar temas de
conversación. Comentar
acerca del libro leído puede ser una buena forma de romper el hielo en un
grupo. Además, la lectura mejora
la comunicación al momento de querer expresarnos.
Leer es hábito, y hábito bueno, es
virtud. El hábito se logra con la repetición de actos. Así las cosas, si
invertimos media hora diariamente en nutrir nuestra mente con buena lectura, ya aportamos calidad a nuestros conocimientos. Caso
contrario, la eutanasia
lectora nos seguirá encadenando en el abismo de la ignorancia.
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