miércoles, 16 de octubre de 2013

“SI NO TE GUSTA, TE AGUANTÁS Y TE JODÉS”


Prepotencia de un Pretor Paraguayo  (PPP)

El diputado Óscar Tuma (ANR) defendió la contratación de su cuñada como su asistente en el Congreso. Al justificar su actitud, señaló que “en mi trabajo no acepto sugerencias”. Si no te gusta, te aguantás y te jodés, manifestó. (ABC 15.10.13)

“Tengo derecho a ponerle a la persona de mi confianza. Cada diputado tiene la posibilidad de instalar a dos personas y una de ellas es mi cuñada. Y si no te gusta, se acabó”, sostuvo. Al ser requerido respecto a que está incurriendo en una falta al no llamar a concurso, señaló que ello sería una “ridiculez”.

Justo es decir que éste ejemplar no es único. Un legislador ha dicho quejumbrosamente: “abundan las campañas de desprestigio contra los miembros del Congreso”. ¿Hace falta campaña en contra de fauna congresil?. Ellos, quienes actúan como si fueran “ente superior”, se desprestigian solos, gratuita y superlativamente.

Actuar con prepotencia desde el cargo al servicio del pueblo es una de las miserias del ser humano. Es una verdadera lástima que personas de esta ralea, van volviéndose hábiles en cambiar de careta, conforme al ambiente, personas y propósitos: ¡qué triste habilidad!, dirá el Hno. Joemar Hohmann, en su libro “Protección”, p. 92.

Es por esto y por muchas otras más, que arrecian críticas contra nuestros “representantes”, pues las constantes “farras y forros” de diputados y senadores, los hacen despreciables ante los ojos del pueblo decente.

“En el diario Vanguardia del 15.10.13 se lee: “Los congresistas que son los responsables de legislar son los que primero desconocen las normas más elementales de la función pública. El dinero público es de los ciudadanos, es lo que al parecer la mayoría de nuestros políticos no entiende o no quiere entender. El haber ganado una elección no los convierte en emperadores ni dueños de los bienes públicos….Mientras, los caciques sigan creyéndose propietarios de los bienes públicos y nadie reaccione para exigir respeto a los contribuyentes, seguiremos por mucho tiempo lamentándonos de la corrupción, de las calles en mal estado, del pésimo servicio en los hospitales, de las escuelas que se caen a pedazos, mientras los sinvergüenzas ocultan la información para hacer groseras ostentaciones de su riqueza mal habida con el dinero público”.


No es ninguna novedad lo afirmado precedentemente. Quizá sea hora que los ciudadanos despertemos de nuestra “beata somnolencia”, para exigir a estos que dicen servir al pueblo, cumplan su tarea, al menos, con algo de ética, vocablo tantas veces pronunciado por ellos, aquí y allá.

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