sábado, 19 de octubre de 2013

FUNCIONES DE LA AUTORIDAD (FIN)


¿..Qué dice: “Cállese o,… puedo ayudarle”?
 Esta última función plantea, sin embargo, un gran inconveniente: ¿Quién debe mandar?. La respuesta  - afirma Ricardo Yepes Stork - incuestionable parece ser: “Los mejores, siempre que cumplan los siguientes requisitos de Excelencia Personal:

1.      Que su autoridad esté medida por la ley.
2.      Que los mejores se turnen en el mando, de modo que éste y la obediencia sean alternativos. Esto implica que la autoridad sea de duración limitada.
3.      Que haya mecanismos compensatorios de poder, es decir, que existan otras autoridades que contrapesen, que haya división de poderes.
4.      Que los mejores no se elijan a sí mismos, sino que haya un cauce legal previsto (legítimo), que legitime las elecciones realizadas por los súbditos.
5.      Que los elegidos posean una excelencia cuádruple, necesaria para cumplir cabalmente esta quinta función: Técnica (destreza profesional) Humana (capaz de amistad y empatía) Moral (dotado de virtud y de justicia) y, Política (versado en el arte de la prudencia, de la recta toma de decisiones, es decir, de saber gobernar)
            
Para cumplir fielmente con los requisitos señalados, sobre todo en la función pública, es necesario comprender cabalmente que: “La autoridad es postulada por el orden y deriva de Dios. Por tanto, si las leyes o preceptos estuvieran en contradicción con aquel orden y, consiguientemente, en contradicción con la voluntad de Dios, no tendrían fuerza para obligar en conciencia..; más aun, en tal caso, la autoridad dejaría de ser tal y degeneraría en abuso” (Encíclica Evangelium Vitae).

En estos días, precisamente, arrecian denuncias aquí y allá en contra de autoridades de los tres poderes del Estado. El predicador evangélico australiano Nick Vujicic, pronunció su discurso ante el Congreso, y logró que los senadores se arrodillen y recen. La llegada del conferencista se da en un momento en que aflora el nepotismo y otros escándalos de corrupción en entes públicos, entre ellos el Parlamento.

Ojalá esta muestra de “arrepentimiento” y “oración” no sea tan solo un marketing mediático, pues grande es la responsabilidad de quienes ejercen el poder al enfrentar en aquella terrible hora el juicio del Señor. Juicio recto y justo, sin las repugnantes chicanerías, tan al uso de nuestra fauna judicial.

En aquella hora solo habrá dos caminos: La casa que el Padre ha preparado para los que han luchado “contra corriente”, es decir, contra el “mundo” y el otro; “donde el gusano no muere y el fuego no se apaga”. Es urgente introducir a Dios en nuestras vidas. ¡La elección es de cada uno!

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