¡Está molesta!
1- “La SFP no comparte ningún agravio
hacia la tarea de quienes ejercen y honran sus cargos en la función pública,
porque no corresponde tildar a todos los
funcionarios como si fueran delincuentes bajo la expresión: “SE BUSCA”. El trabajador del Estado
es una persona con dignidad y con derechos como cualquier otro ciudadano”.
2- “La
SFP reconoce y valora positivamente el trabajo, el esfuerzo adicional, el
compromiso, la dedicación y el patriotismo de las funcionarias y los
funcionarios públicos que desempeñan su labor en todos los Organismos y
Entidades del Estado (OEE) y hacen posible el funcionamiento de la
Administración Pública”.
3- “El funcionario público tiene derecho a
la Carrera Administrativa o del Servicio Civil bajo el cumplimiento de las
reglas que se imponen para el ingreso, la permanencia y la estabilidad laboral,
el perfeccionamiento, la promoción y la desvinculación, sujeto a la medición de
un excelente desempeño en el cumplimiento de sus funciones”. (Así se lee en el
diario ABC del 23.10.13, p.7)
Una rápida consideración sobre lo afirmado
más arriba: (1) Verdad es que “no corresponde tildar a todos los
funcionarios como si fueran delincuentes”. (2) La SFP reconoce y valora positivamente el trabajo,
el esfuerzo adicional, el compromiso, la dedicación y el patriotismo de las
funcionarias y los funcionarios públicos que
desempeñan su labor…. (3) “El funcionario público “tiene
derecho a la Carrera Administrativa o del Servicio Civil” bajo el
cumplimiento de las reglas que se imponen para el ingreso…
Sería un ataque a la obviedad
contrarrestar lo señalado. El punto está, precisamente, en que no se cumplen,
en la mayoría de los casos, lo enunciado. No en balde, ocupamos los primeros
puestos de corrupción en el mundo.
¿Se puede, sin rubor alguno, negar que
el Estado amamanta a “funcionarios públicos” conformado por compadres,
parientes, chongos y demás conocidos planilleros, amén de aquellos que, sí, son
responsablemente denunciados, por hechos de escandalosos robos?
¿Puede hablarse con tanta ingenuidad de
patriotismo cuando malos funcionarios “rifan” al país - de todos - al hacer mal
su tarea, o simplemente “ al no hacer”, pero cobran mucho y religiosamente?. Esta realidad es innegable.
Atendiendo a la premisa: “No existe el mal absoluto”, se reconoce
a funcionarios que brindan servicios con calidad y calidez. “Hay funcionarios altamente competentes y
especialistas en diversas áreas de la gestión pública con probada trayectoria
laboral y reconocimiento nacional e internacional, que merecen el respeto y la
confianza de la ciudadanía”. ¡También es verdad!.
Pero, lamentablemente, no son ellos la cara visible de toda institución
pública.
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