sábado, 7 de junio de 2014

LA TENTACIÓN....

¿Vence… es Vencida?

En la Biblia, la tentación es más una instigación venida del exterior que un movimiento interior, aun tratándose de tentaciones de la concupiscencia. Por lo demás, comprende toda clase pruebas, incluso las que no inducen directamente al pecado. Tientan al hombre el diablo, el prójimo y la propia concupiscencia” (...)  Diccionario del Cristianismo – Editorial Herder S.A. Barcelona, 1974.-

Las tentaciones del comer, del poseer, del éxito fácil y del poder – entre tantas más –siguen causando “tsunamis” en el pobre terrícola. Comer mucho es la consigna – no importa la calidad – porque además, es una necesidad básica. Pero comer y beber como bulímico –no siéndolo- es ceder a la simple tentación de “fagocitar”.

Las encuestas hablan hoy que los adolescentes fuman, se drogan y beben alcohol cada vez más tempranamente. Esta realidad vivimos también los adultos, convirtiéndonos en excelentes maestros de aquellos. ¿Qué es del dominio de sí mismo, es decir, de la templanza?.  “No sólo de pan vive el hombre…” dice el registro bíblico (Mt 4,4).

La tentación de juzgar y acusar también está en oferta. Dicen que satán, en hebreo significa acusador. ¿Por qué no intentamos vencer la tentación de ser satánicos, es decir, de no ser acusadores?. Recordemos a Jesús decir: “Yo les digo que en el día del juicio todos tendrán que dar cuentas de cualquier palabra inútil que hayan pronunciado. Pues por tus propias palabras serás juzgado, y declarado inocente o culpable” (Mt. 12, 36-37)

La exaltación del propio “yo” es otro desafío que no queda atrás. No son pocos los personajes que se pavonean ante el prójimo, como si fueran “gerentes generales del universo”. ¿Qué sensación de grandeza puede producir la exhibición grotesca de bienes -  y nada digamos si son de dudoso origen - en un país golpeado por extrema pobreza? Estúpida presunción, de nuevos ricos, generalmente. Ya dice aquel dicho: “Dime de qué presumes y te diré de qué careces

Deseo de poder quizá sea una de las mayores patologías que engrilletan al Homo Vyrus. La tentación - digo la tentación, ni siquiera el logro - de ser poderoso deja muchos heridos en este valle de lágrimas. ¿Para qué quieren el poder…. para construir fraternidad, igualdad, solidaridad, justicia social…?

¡Cuántos han pagado un pecio demasiado alto por obtener poder! ¿Cuántos han renunciado a la honradez, a la integridad, cuántos vendieron su dignidad y buen nombre, incluso a su familia, por un poco de poder? Peor aún, cuántos se han vueltos crueles, violentos y criminales, desbordados por el poder?.

El verdadero poder se logra con paz interior, la Paz de Cristo que mueve a actuar con integridad, volcado a ayudar al prójimo, porque entiende que la persona humana tiene supremacía sobre el estatus, la billetera, el prestigio y poder. La paz interior nos garantiza vida diáfana, esclarecida, aun en medio de dificultades propias de la existencia.

No cuesta dinero intentar vencer a la tentación. Es sólo querer. Jesucristo fue tentado tres veces por el viejo y astuto enemigo y lo venció. Nosotros tenemos su promesa: ¡Estaré con ustedes hasta el fin de los tiempos!..

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